SOCIEDAD › DEBATE
¿Se pueden aumentar los salarios?
Cuatro economistas hablan sobre el tema de fondo, el ingreso real, y los argumentos que suelen esgrimirse para marcar que de eso, una vez más, no debería hablarse.
ALDO FERRER
Viejo como la economía
El debate por el tema salarial es tan viejo como la economía de mercado y es uno de los asuntos principales a resolver porque ha habido una concentración muy fuerte del ingreso y una baja importante del salario real en los últimos años. Es necesario rectificar este hecho mejorando el poder adquisitivo. Pero esto requiere un equilibrio complejo entre la estabilidad de precios, las diferencias de productividad y de los distintos sectores de asumir una suba, y las políticas públicas. Es correcto poner el tema en el centro del debate económico como está haciendo el Gobierno y llevarlo a la discusión entre los actores sociales, y apuntar hacia una mejora del poder adquisitivo, incluyendo al sector público, que es un problema particular, especialmente en algunas provincias. Al mismo tiempo, al abrir la mesa de negociación para conciliar las diferencias sectoriales, no hay que olvidar que en definitiva la cuestión del salario es en cierto sentido dependiente de otra variable fundamental que es el empleo. Porque el mejor elemento para resolver el problema de la pobreza es generar nuevas oportunidades de ocupación. Es necesario vincular ambos temas y manejarse con firmeza y a la vez con prudencia. En este sentido, el escenario general en el que se establece la discusión es importante. La primera responsabilidad del Gobierno es transmitir a los actores la tranquilidad de que el sistema está controlado, que el presupuesto, la balanza de pagos y la moneda son factores que están bajo control en la senda del crecimiento. Y allí dar el mayor espacio posible para la negociación entre las partes y la búsqueda de un consenso entre los trabajadores y empleadores. Esto es posible porque estamos en una situación distinta de aquella en la que la economía marchaba por una senda de gran desorden. Es de esperar que la puja y la tensión se registren, pero que luego se llegue a un entendimiento con acuerdo entre las partes. Aunque no descarto que la decisión pública pueda ser necesaria, en cuestiones como el salario mínimo. El financiamiento surgirá del aumento de la riqueza y de la productividad que da ingresos para que las empresas tengan capacidad de pago sin que aumenten los costos unitarios de producción. Y en el aspecto distributivo del ingreso, están las políticas públicas que se dan a nivel de política tributaria y de gasto público. Hay otro punto que no se puede descuidar: el nivel de vida no depende sólo del poder adquisitivo del salario de bolsillo, sino de lo que se llama bienes públicos: la salud, la educación, la seguridad. Por eso el tema debe abordarse en una perspectiva global y sobre todo en el sentido de un país que tiene que recuperar capacidad de comando. Porque este debate está muy ligado a la negociación de la deuda y la discusión con el Fondo, en el sentido de que es importante hacer un arreglo de deuda que sea compatible con la economía argentina. Si no, esto que se discute sobre salarios es pura literatura.