SOCIEDAD
Un millón de personas se deben evacuar en Florida
El huracán Frances podría llegar hoy a la costa este de Florida. Las autoridades temen una catástrofe. La orden de evacuación incluye zonas de Miami. Cientos de miles de personas vaciaron los supermercados para aprovisionarse. Y hay éxodo masivo.
Después de tantas películas de desastres naturales, ahora llega a Estados Unidos un enorme huracán de verdad. El escenario: costa este de Florida. Actor principal: vientos de hasta 235 kilómetros por hora. Actores secundarios: un millón de personas que deben evacuarse. Los especialistas evalúan que el Frances –como bautizaron al fenómeno climático– puede llegar a una categoría cinco en la escala de ciclones, lo que lo podría convertir en un huracán con efecto “catastrófico” y el de mayor magnitud de las últimas décadas.
El huracán azotó ayer las Bahamas y las islas Turks y Caicos –cercanas al continente– y se dirige a Florida (sudeste de Estados Unidos), donde las autoridades declararon el estado de emergencia y ordenaron masivas evacuaciones. “El peligroso huracán Frances golpea islas y las Bahamas en el sudeste”, dijo a última hora de ayer el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Miami. “Queremos que todos en el estado sepan que probablemente habrá algún impacto de este peligroso huracán”, advirtió el director del NHC en Miami, Max Mayfield, cuando la tormenta se encontraba a mil kilómetros de distancia.
El alerta de huracán fue emitido para la costa sudeste de Florida, desde la ciudad de Florida hasta Flagler Beach, un área que incluye a Miami. En toda la región esperan vientos de al menos 119 kilómetros por hora. En su camino hasta Florida, el Frances ya alcanzó vientos de 235 kilómetros por hora, derribó árboles, arrancó techos y causó apagones. El meteorólogo Stacy Steward advirtió que podrían esperarse mareas de dos a siete metros por encima de lo normal.
La peligrosidad del huracán llevó a las autoridades a extremar los pedidos de precaución y salvataje, lo cual ha generado que miles de personas vaciaran los supermercados para aprovisionarse de alimentos y bebidas, como parte de los preparativos de la evacuación que deberán realizar en las próximas horas. También miles de automovilistas hicieron colas en las estaciones de servicio para llenar los tanques de los vehículos. En las principales autopistas hubo prolongados embotellamientos a causa del estado de permanente movilización, la administración pública y la Justicia no atendieron al público y también se decidió cerrar el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, y los grandes parques de diversiones como el Disney World.
El temor se incrementó porque en la población aún está muy presente la situación registrada hace tres semanas con el paso del huracán Charley, que causó daños millonarios en la costa oeste de Florida y provocó 27 muertos. El Frances es de categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, es dos veces más grande que el Charley y que el Andrew, el ciclón de categoría cinco que hace doce años azotó el sur de Miami.
La mayor preocupación se debe a que todavía no se pudo definir con exactitud dónde impactará el huracán, ya que los expertos no descartan que pueda desviar su rumbo norte hacia el oeste, donde afectaría las zonas urbanas de Miami y Fort Lauderdale. A causa de esta incertidumbre, el gobernador de Florida, Jeb Bush, decidió declarar la emergencia en todo el estado y ordenó poner las escuelas públicas a disposición de los posibles damnificados para darles refugio. “Prefiero estar a salvo que lamentarlo”, dijo el alcalde del condado de Miami-Dade, Alex Penelas, tras anunciar la evacuación.
El Instituto de Información sobre Seguros de Estados Unidos advirtió que el huracán podría provocar pérdidas por miles de millones de dólares. “Estamos considerando pérdidas por miles de millones de dólares dado el curso pronosticado. Pero incluso pequeñas variaciones en el recorrido, ya sea hacia el norte o al sur, podrían cambiar realmente esa cifra por miles de millones de dólares”, dijo Robert Hartwig, jefe de economistas del Instituto.