SOCIEDAD
Tragedia en las vías italianas
Un tren que se dirigía de Verona a Bolonia chocó con un carguero. Anoche, al menos eran 14 los muertos y 70 los heridos.
Por John Phillips *
Desde Roma
Un atestado tren interurbano chocó ayer, cerca de Bolonia, con un convoy de carga en el tramo donde hay una única vía, dejando por lo menos 14 muertos y hasta setenta personas heridas. Cientos de bomberos, policías, ambulancias y otros trabajadores de rescate corrieron a la escena desde Lombardía y la región del Véneto para liberar a los pasajeros atrapados dentro de los vagones destrozados, cerca de la estación Bolognina di Crevalcore. Hasta anoche eran catorce los muertos, y 70 los heridos, muchos de ellos en condiciones críticas. Se investigaba si la densa niebla tuvo que ver en el accidente.
El trabajo de rescate continuó durante la noche, iluminado por potentes reflectores cargados en camiones. La niebla complicó mucho las tareas. Dos helicópteros de rescate no pudieron aterrizar porque era imposible ver a distancia. Un vocero de la policía dijo: “Los vagones estaban apilados unos sobre otros. A medida que los socorristas se abrían paso entre los hierros retorcidos, se encontraban con más cadáveres y gente herida, algunos de ellos en estado gravísimo”.
Muchas de las heridas fueron causadas por las pesadas vigas de metal que transportaba el tren de carga. Gran parte de las vigas atravesaron el vagón delantero del tren de pasajeros que se dirigía de Verona a Bolonia.
El choque tuvo lugar a unos 25 kilómetros de Bolonia, en medio de una espesa niebla que redujo la visibilidad a 50 metros. Un vocero de Italfer, la empresa ferroviaria estatal, dijo que varios vagones habían descarrilado. Una investigación mayor del accidente parece inevitable. El tren de pasajeros tenía una demora de tres minutos y el conductor, aparentemente, no vio la luz de señales que hubieran permitido cambiar de vía y no encontrarse con el carguero.
El choque fue considerado como uno de los peores en la historia ferroviaria. El 21 de noviembre de 1980, 20 personas murieron cerca de Curinga, cuando un tren de pasajeros chocó contra un tren de carga.
Uno de los peores accidentes en la posguerra sucedió en Murazze di Vado, en la provincia de Bolonia, el 15 de abril de 1978, cuando dos trenes expresos chocaron, provocando la muerte de 48 personas. Y en 1980, más de 80 personas murieron cuando una bomba atribuida a extremistas neofascistas estalló en la principal estación ferroviaria de Bolonia. Otra bomba explotó en un vagón en el expreso que se dirigía desde Roma a Brennero, el 4 de agosto de 1974, mientras viajaba durante la noche por la Emilia Romagna. En el atentado murieron 12 personas y otras 50 resultaron heridas. En los últimos seis años, se registró una docena de accidentes, que provocaron la muerte de unas 30 personas.
El ministro de Infraestructura y Transporte, Pietro Lunardi, ordenó una investigación del último choque. Pero ya comenzó una amarga controversia política sobre sus causas. Lunardi acusó a los anteriores gobiernos de centroizquierda de ser en parte culpables por su lentitud para cumplir los planes largamente discutidos para introducir una segunda vía en la línea. El jefe de los ecologistas Verdes de Italia, Alfonso Fecoraro Scanio, rechazó los cargos, diciendo que “el problema de la seguridad ferroviaria ahora es una emergencia nacional”. Dijo que el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi estaba peligrosamente distraído de los temas de seguridad comunes por proyectos grandiosos, tales como el plan del puente para cruzar el estrecho de Messina para unir a Sicilia con el continente.
“Mientras uno ve sueños de megaproyectos y puentes, los fondos para las líneas ya existentes, para seguridad y personal que sirven a millones de ciudadanos diariamente son drásticamente recortados”, dijo Scanio. Ugo Boghetta, vocero del partido Refundación Comunista, instó al gobierno a hacer cambios urgentes en la política de seguridad ferroviaria. “El tramo de Bolonia a Verona es una línea internacional pero todavía es de una sola vía. Junto con las instituciones locales hemos tratados de duplicarla durante años pero todos los recursos fueron desviados para proyectos de trenes de alta velocidad.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.