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Después de la lluvia que cayó ayer en la ciudad de Buenos Aires y alrededores, la temperatura bajó trece grados en una hora. Previamente, la sensación térmica había superado los 41 grados, a las 13. Según se indicó desde el Servicio Meteorológico Nacional, las precipitaciones continuarán el sábado y el domingo, y se espera que después haya máximas de 30 grados. Las altas temperaturas se extendieron a toda la Argentina: en la provincia de Catamarca, dos muertes fueron atribuidas al fenómeno climático.