SOCIEDAD › GESTIONAN MEDICAMENTOS EN BRASIL POR EL DESABASTECIMIENTO
No hay peor remedio que el que falta
A la espera de la devaluación, crece la crisis de los medicamentos. Hay desabastecimiento, farmacias con persianas bajas y aumenta la negativa a vender por obra social. Los farmacéuticos reclaman la intervención estatal y la fijación de precios máximos. El Gobierno, por lo pronto, hizo gestiones en Brasil para la provisión de drogas oncológicas y para HIV. Pacientes diabéticos que necesitan urgentemente insulina hicieron una protesta.
Por Eduardo Videla
La crisis en el abastecimiento de medicamentos crece al mismo ritmo que la certeza de una devaluación, lo que ha puesto a las farmacias en una situación límite: algunas de ellas ya han comenzado a atender con persianas bajas, por la ventanilla de turno, para asistir sólo las urgencias y no perder su stock. Ante la falta de dinero y los atrasos en los pagos de obras sociales y prepagas, en muchas farmacias los medicamentos faltantes aparecen mágicamente ante la presencia de efectivo. Los farmacéuticos reclaman el retorno del Estado al control de precios de los medicamentos, función que abandonó con la desregulación impulsada por Domingo Cavallo en 1992. Por lo pronto, la primera intervención del Gobierno fue gestionar ayuda ante Brasil, para la provisión de drogas para tratamientos del HIV y oncológicos. Un estudio asegura que con una devaluación del 40 por ciento, los precios no deberían subir más del 10.
Los farmacéuticos culpan a las droguerías, algunas de las cuales ya envían sus facturas en dólares. Los laboratorios, por su parte, deslindan responsabilidad por el desabastecimiento y sugieren que son los minoristas los que incrementaron la demanda.
Daniel Alvarado, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina -que nuclea a los colegios profesionales de todo el país–, aseguró a Página/12 que hasta ayer no se habían registrado aumentos en los precios. “Sólo hay un listado de Bayer, con aumentos del 25 por ciento, cuya aplicación está suspendida”, aclaró. Sin embargo, advirtió que las farmacias están trabajando “al borde del cierre, porque las droguerías entregan solo el 30 por ciento de los pedidos de reposición”.
Alvarado reveló que en algunas provincias –Córdoba, Misiones y Río Negro– comenzó a darse el fenómeno de farmacias que atienden con las persianas bajas “sólo para casos de urgencia, hasta que se normalice la reposición, para no perder stock”. La misma actitud podría registrarse en la ciudad de Buenos Aires, donde “circula entre los farmacéuticos la sugerencia de atender con las persianas bajas”, reveló Marcelo Squassini, titular del Colegio de Farmacia y Bioquímica local.
Los farmacéuticos denunciaron que una droguería –Monroe-Americana– está facturando la mercadería en dólares, una medida con poco asidero si se tiene en cuenta que la mayoría de los productos son fabricados en el mercado local. “Como pagamos a 21 días, no sabemos a que precio va a estar el dólar en ese momento”, protestó Alvarado.
Las tres cámaras que nuclean a los laboratorios –Cilfa, Caeme y Cooperala– salieron al cruce con un comunicado donde aseguran que “se está cumpliendo con el normal abastecimiento” y que “el aprovisionamiento se realiza según los requerimientos históricos habituales y sin modificaciones en los precios”. Voceros del sector, incluso, sugieren que las farmacias están haciendo pedidos mayores que lo habitual.
El sanitarista Ginés González García, titular de la Fundación ISalud, explicó a este diario que la gran mayoría de los medicamentos fabricados en la Argentina requieren de principios activos importados. “Pero su incidencia en el precio final del producto no supera el 25 por ciento del total”, aseguró. Sólo una mínima parte de los productos que se venden en las farmacias son de origen importado. Los números son el resultado de estudio realizado por ISalud para la Secretaría de Comercio. Según el cálculo, la incidencia de una devaluación del 40 por ciento no debería superar el 10 por ciento en los precios de los medicamentos.
Los farmacéuticos reclaman la intervención del Estado en la fijación de precios máximos para medicamentos. El tema fue uno de los ejes de la reunión de gabinete, según informó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien anunció gestiones ante el gobierno brasileño para cubrir un eventual faltante de medicamentos vinculados al tratamiento del HIV y enfermedades oncológicas. “Tenemos que especificar el listado de medicamentos que necesitamos como provisión para Argentina –afirmó–. Esto es lo queBrasil nos puede ayudar a resolver rápidamente”. La gestión le fue encomendada al gobernador de Córdoba, Jose Manuel de la Sota, quien ayer se entrevistó con autoridades brasileñas.
Brasil mantuvo hasta el año pasado una batalla con las multinacionales farmacéuticas, a partir de la decisión de producir antirretrovirales para el tratamiento del HIV desconociendo el pago de patentes, una actitud similar a la que había mantenido Sudáfrica. Los brasileños vienen ganando la partida, sobre todo después de que el propio gobierno de los Estados Unidos no pagó patentes por los medicamentos contra el ántrax.
Para los farmacéuticos, la decisión de recurrir a Brasil es “positiva”. Lo mismo opinó González García, aunque sostuvo que “debería impulsarse una política para que la industria farmacéutica local, que es la más importante de Sudamérica, desarrolle estas drogas sin pagar patentes”. Para el titular de ISalud, el problema del desabastecimiento podría resolverse con la aplicación de la Ley de Genéricos, que prevé recetar los medicamentos por el nombre de la droga y no por su forma comercial, y por otra que autorice a los farmacéuticos a sustituir las marcas recetadas. Ambas leyes fueron impulsadas por González García durante su gestión como ministro de Salud bonaerense, y hoy están vigentes. Otra propuesta: el diputado socialista Eduardo García presentó un proyecto para que se aplique dólar diferencial, igual a un peso, para la compra de insumos por parte de los laboratorios.