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Durante varias horas, las condiciones climáticas también se encargaron de sumar la palabra Uruguay al mundo de lo imposible. Al menos así lo vivieron los más de mil pasajeros varados en la terminal de Buquebús. A ellos se sumaron otros 2500 en Colonia, y unos 500 en Montevideo, varados sin poder embarcar hasta anoche debido a los fuertes vientos que afectaron la región, de hasta 80 kilómetros por hora.
Juana y Carlos llegaron al puerto a las 23 del domingo. Proyectaban que una hora y media después estarían en movimiento hacia Colonia. Pero nada de eso pasó, y los que tenían pasajes para salir el lunes a las 7.30 también se encontraron con que el temporal les marcaba una decisión inapelable: los puertos estaban cerrados de ambos lados del charco. Eladia Isabel y Juan Patricio, los dos buques, quedaron amarrados al puerto.
Las opciones eran devolver el pasaje, a cambio del ciento por ciento de su valor –en condiciones normales sólo se devuelve el 70 por ciento– o esperar las novedades, dejando el pasaje abierto. Muchos optaron por volver a su casa y esperar un llamado de la empresa. Otros se quedaron por si acaso, con una cara que delataba el desagrado por la espera. Según contó a Página/12 Santiago, que tenía pasaje para la 0.30 del lunes, ya en la sala de preembarque “nos habían advertido de las demoras”.
Pero muchos creyeron que al menos era positivo empezar el viaje y pidieron embarcar. “La gente aplaudía y, por presión, los dejaron subir”, relató el joven de 19 años. La noche fue absolutamente inmóvil y “por un micrófono se repetía que estaba cerrado el puerto de Colonia”. A la madrugada, los reclamos fueron a la inversa: todos querían bajar. Se quejaban de que pese al cambio de temperaturas el aire acondicionado había permanecido prendido. Una pasajera aseguró que “en algunos lugares del barco goteaba, los chicos no tenían para desayunar, y nos congelamos”. Según el director de Buquebús, Mariano Paz, la idea era emprender el viaje de inmediato cuando se recibiera la autorización.
Por medio de un comunicado, la empresa informó que “como consecuencia del temporal que azota el Río de la Plata desde la tarde de ayer se encuentran cerrados para operaciones los puertos de Colonia del Sacramento y de Montevideo, y la empresa se ha visto obligada a suspender sus frecuencias hasta tanto los puertos estén abiertos”.
A las 11.30, finalmente salió un servicio con destino a Montevideo, con unos 550 pasajeros. Pero el barco se movió de tal manera, por la agitación de las aguas, que a los cuarenta minutos el capitán del barco decidió volver a Buenos Aires. Juana y Carlos contaron que “mucha gente se descompuso y empezó a vomitar, era un desastre”.
Aunque aclararon que Buquebús “no tiene la culpa de lo que pasa con el tiempo”, ambos se quejaron de que no les dieron información certera desde el principio. Cerca de las 19, voceros de la empresa anunciaron que se había abierto el puerto de Colonia. Según anunciaron, estaba pronta la salida de dos buques, cada uno con capacidad para unas 1200 personas.
A Santiago, que empezó sus vacaciones el mismo día de los vientos, nada le sacaba la sonrisa. Su mamá llegó a hacerle compañía un rato en la terminal. “Perdí un día de vacaciones. Me quedan catorce”, afirmó.