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Los pasajes de micro deberán ser extendidos con el nombre y apellido del pasajero y su número de documento. Esta norma les fue anunciada ayer a los representantes de las empresas de transporte en una reunión mantenida en el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Además, la Secretaría de Transporte de la Nación también dio un plazo de 90 días a las empresas para que instrumenten la nominatividad de los pasajes. La medida tiene que ver con la prevención de robos en los micros y en los últimos tiempos fue resistida por muchas empresas. La sospecha es que el descontrol en los pasajes –emitidos sin número ni documento– favorece a algunos empresarios: por un lado, los que declaran cierta cantidad de pasajeros, pero hacen figurar un 30 por ciento menos, para subfacturar y evadir impuestos. Pero también están los que hacen figurar más pasajeros que los que realmente vendieron pasajes, con la intención de hacer ingresar a la empresa fondos que provienen de actividades ilícitas: contrabando, drogas, coimas, plata negra.
Los empresarios del transporte fueron recibidos ayer por el subsecretario bonaerense para la Prevención del Delito, Roberto Vázquez, quien trató con ellos una batería de medidas que ya en su momento les había planteado el viceministro Martín Arias Duval. Hace diez días se conoció que la intención era limitar las paradas de los micros justamente para concentrar la vigilancia de los que suben en dos o tres puntos. En el último micro asaltado, que iba de Beccar a Mar de Ajó, la unidad tuvo paradas en San Isidro, Martínez, Vicente López, General Paz, Caseros, Morón, Ramos Mejía y Ciudadela. Recién a partir de ese último punto el micro partió hacia la costa.
La estrategia consiste en concentrar los puntos de salida en dos o tres terminales de Capital Federal y un par de lugares en el Gran Buenos Aires. Allí se intentaría manejar la seguridad como en los aeropuertos, con cámaras, efectivos policiales y control de la documentación y los equipajes.
La medida más revolucionaria consiste en nominar los pasajes. Después de un robo, hoy en día no hay ni siquiera un punto de partida para la investigación porque no existe lista de pasajeros. Esto no sólo perjudica la seguridad sino que, en algunos casos, como el del micro que se incendió en Santa Fe hace un tiempo, dificulta enormemente la identificación de víctimas de un accidente o un incendio. Hoy en día, el que va a robar un micro no necesita ni tomarse el trabajo de falsificar un documento: todo lo que tiene que hacer es subirse a la unidad, esperar el momento para sacar el arma y tener después un auto de apoyo para huir con lo robado.
La idea de nominar los pasajes provocó resistencia en parte de los empresarios del transporte que alegaron que ese trámite les dificulta las cosas. Las sospechas sobre ciertas empresas vienen desde hace rato: algunas tienen un crecimiento asombroso, cuentan con las unidades más modernas y no faltaron quienes manifestaron sus dudas sobre el origen de los fondos con que se compraron los nuevos coches. Un famoso senador entrerriano, sospechado de haberse enriquecido ilícitamente, estuvo en la mira porque en su provincia se lo sindicaba como la persona que aportaba el dinero para una empresa de micros que creció en forma desmedida. También existen indicios sobre el otro artilugio: la venta de pasajes en negro, como forma de pagar menos impuestos.
Lo cierto es que más allá de las desconfianzas, funcionarios de Seguridad bonaerenses y empresarios se vieron ayer las caras en La Plata y lo que venía siendo casi una sugerencia se convirtió ahora en una imposición. Tanto el gobierno provincial como el nacional han decidido instaurar la nominatividad de los pasajes. Sólo en la última semana fueron detenidas 21 personas en micros o terminales de autobuses. Se les imputó robo, traslado de drogas e incluso se aprehendió a varios individuos que estaban prófugos de la Justicia. Ayer mismo fue detenido Jesús Burgos, de 20 años, quien intentó asaltar un micro que iba de La Plata a Mar del Plata. Simuló tener un arma y amenazó al chofer. Como el micro empezó a zigzaguear, los tripulantes de un patrullero se dieron cuenta de lo que ocurría y fácilmente detuvieron al asaltante.