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Andenes vacíos y trenes con el motor apagado. Ese fue el panorama que se vio ayer durante la medida de fuerza de los trabajadores del subte, que pararon en reclamo de un aumento de sueldos. La interrupción de los servicios se volverá a repetir hoy, de 6 a 9 y de 16 a 19, luego del fracaso de un intento de acercar posiciones con Metrovías.
La huelga se realizó en dos tandas –de 6 a 8 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde– y afectó la totalidad de las líneas y el Premetro. Apenas iniciada, la compañía intentó poner en marcha una formación conducida por personal jerárquico, pero los delegados se tiraron a las vías para frenar su salida.
Los trabajadores piden un aumento del 53 por ciento y quieren que les devuelvan otros 3 puntos en concepto de antigüedad, un beneficio que perdieron con la privatización.
El reclamo generó un debate público sobre qué sueldo tiene derecho a percibir un trabajador. Metrovías instaló el tema publicando una solicitada en la que sostuvo que, desde junio de 2002, dio incrementos de sueldo de “casi el 70 por ciento”. Como consecuencia de esto, aseguró la empresa, el salario promedio mensual en el subte es de 1670 pesos y el que menos gana se lleva a su casa 1236 pesos por mes.
Sin embargo, los trabajadores desmintieron esa información y mostraron recibos de sueldo del mes de enero de 800 pesos. Con todo, el punto no era central. “Nuestra postura se basa en que la empresa ha tenido un fuerte aumento de su productividad”, dijo Roberto Pianelli, delegado de la línea E. Desde el año ’93, cuando se hizo cargo de la concesión, hasta hoy la empresa subió la cantidad de pasajeros transportados en un 77 por ciento. Al mismo tiempo encareció el boleto, que de 45 centavos pasó a 70. Finalmente, disminuyó la frecuencia de los servicios a pesar de tener más pasajeros, con lo que abarató sus costos. Hoy tienen una empresa superproductiva y por eso los directivos ganan salarios exorbitantes, de 30 mil pesos por mes. No entendemos por qué nosotros tenemos que ganar salarios bajos.”
El cuerpo de delegados sostuvo, por otra parte, que el aumento de “casi el 70 por ciento” que alega Metrovías “consiste en realidad en los 250 pesos que otorgó el gobierno nacional por decreto”.
Por la tarde, poco antes de que se iniciara el segundo paro, el Ministerio de Trabajo convocó al gremio y a la compañía, a la que pidió que presentara una oferta salarial concreta. El monto ofrecido (de un 10 por ciento, según voceros de la firma, o de un 8 por ciento según los trabajadores) fue rechazado.
Así las cosas, Metrovías acusó a los representantes sindicales de mantener una posición “intransigente” y el cuerpo de delegados ratificó el paro de hoy.
La concesionaria tiene una planta de casi dos mil personas. El servicio es utilizado cada día por unos 900 mil pasajeros. Ayer, al terminar los paros –ambos en horas pico–, la gente se agolpó en los andenes, pero no hubo grandes incidentes. El despliegue policial fue discreto. Casi todas las tareas de control estuvieron a cargo del personal de seguridad privada.
El plan de lucha recibió el apoyo de otras agrupaciones, como las seccionales ferroviarias que conduce Rubén Sobrero, gremios de sanidad y trabajadores de empresas recuperadas.
Si bien hay una nueva reunión entre las partes prevista para el martes en el Ministerio de Trabajo, es muy probable que hoy prosigan las conversaciones. El titular del área, Carlos Tomada, dijo que el Gobierno “va a intentar devolver cierta racionalidad de un lado y del otro para que la discusión se pueda llevar a cabo sin perjudicar más de lo necesario a la gente”. En el caso de que tampoco hoy se llegue a un acuerdo, por la noche el gremio hará una nueva ronda de asambleas para definir de qué manera continuarán las medidas de fuerza.