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Las primeras informaciones hablaron de un audaz asalto de un grupo comando a un edificio del gobierno porteño en el barrio de Chacarita. Según datos policiales, la banda ingresó al edificio de la Dirección General de Renovación de Edificios del gobierno porteño a las 4 de la madrugada de ayer, dominó al guardia de seguridad y tomó por asalto las oficinas del centro de cómputos. Se llevaron 12 computadoras, 8 impresoras, 1 escáner, otros equipos, una caja de herramientas y una 4x4 Silverado 99. Según el guardia, el golpe estaba dirigido contra Aníbal Ibarra. Según el gobierno, se trató de un robo común, porque en las computadoras no había ninguna información valiosa. Los ladrones lo contradicen: tomaron las llaves de cuatro camionetas estacionadas pero sólo se llevaron una.
A las 4 de la mañana, alguien entró al edificio de la Dirección General de Renovación de Edificios, encargada del mantenimiento de los inmuebles del gobierno. El lugar está ubicado en Dorrego 690 y Guzmán, en el barrio de Chacarita. Al menos un hombre, armado, cubierto con un pasamontañas y vestido con un camperón azul del gobierno porteño, redujo al guardia de seguridad, le quitó su pistola y lo trasladó hacia las oficinas internas donde se encuentra el centro de cómputos. Allí se encontraban dos empleados de la guardia permanente de la dirección, mientras que otros dos se habían dirigido a realizar reparaciones en otro edificio.
Según aseguró a Página/12 el titular de la dirección, Daniel Firpo, “tanto el guardia como los empleados solamente vieron al que redujo al guardia”. ¿Cómo sabían que era más de uno? Los rehenes, echados sobre el piso y controlados por el hombre del pasamontañas, escucharon en la oficina del centro de cómputos movimientos que creyeron se correspondían con los de otros cuatro hombres más. También supusieron que en la calle habrían quedado uno o dos como campana, con lo que la banda se engrosaba en cinco o seis componentes. ¿Por qué grupo comando? Según Feletti, por la cantidad y porque vieron que el que los controlaba hablaba con otros por handy.
Según el guardia, el que le apuntó le gatilló varias veces mientras él rogaba que no lo matara porque tiene hijos. Contradictoriamente, los otros rehenes dijeron que los trataron muy bien. Además, el mismo guardia dijo que el asaltante aclaró: “Tranquilos que no es con ustedes, esto es un atentado contra Ibarra”. La cuestión del atentado no quedó demasiado clara: en el centro de cómputos no guardan información de valor, ni dinero. Según Firpo, sólo hay datos administrativos y de proyectos para refacciones.
Para Firpo, se trató de un asalto común y pasó a dar lista de los objetos robados: 12 computadoras, 3 servers, 8 impresoras, 1 escáner, 1 cámara digital. Lo que no cierra con el asalto común es que hayan robado una caja de herramientas con destornilladores, un buscapolo y un par de pinzas. Y que habiendo tomado las llaves de cuatro camionetas Silverado 4x4, valuadas en unos 17 mil dólares cada una, sólo se hubieran llevado una.