SOCIEDAD › PODRIAN OBTENER CELULAS MADRE SIN EMBRIONES

Un método contra la polémica

 Por Federico Kukso

Si hay algo que sorprende acerca de las células madre –además, claro está, de su capacidad para metamorfosearse en cualquiera de los 220 tejidos del ser humano y susceptibles por lo tanto de ser usadas para reparar órganos dañados– es su capacidad casi inherente de despertar la polémica al extremo de la convulsión social. Al fin y al cabo, el procedimiento más fructífero para obtenerlas es extraerlas de embriones (por ende, destruyéndolos), antes de que sus células se diferencien y se conviertan en cabellos, huesos y pelos. Desde ya, los sectores ultraconservadores norteamericanos, respaldados por el Vaticano, consideran este tipo de investigación “inmoral” –y frenan la financiación de estos proyectos–, pese a que estas células puedan en un futuro (cercano) salvar a millones de personas. Sin embargo, en el horizonte ya se vislumbran alternativas menos espinosas: científicos norteamericanos, por ejemplo, acaban de anunciar que desarrollaron una técnica para obtener estas células (stem cells) no extrayéndolas de embriones sino a partir de la fusión de dos tipos de células.
Sin quitar la etiqueta de “trabajo preliminar”, los científicos del Instituto de Células Madre de Harvard, Chad A. Cowan y Kevin Eggan, dieron a conocer los resultados de esta nueva manera de obtener stem cells (técnica conocida también como embryo-free) en la página web de la revista Science (www.sciencemag. org), anticipando el contenido del paper que saldrá este viernes en la revista.
Según cuentan allí, en lugar de extraer las stem cells de embriones, unieron dos tipos de células para crear así una tercera: esto es, fusionaron células de piel con células madre cultivadas, mezclando sus respectivos materiales genéticos. El resultado fue rebosantes y nuevas células madre con su potencial intacto de diferenciarse en múltiples tipos de células adultas. Los científicos mostraron así que “la fusión celular hace que miles de genes de la célula de la piel se reprogramen a un estado embrionario”.
Pero eso no es todo: el procedimiento, además, podría abrir las puertas para la producción de células madre personalizadas que solucionarían los inconvenientes inmunológicos acarreados por los trasplantes de células madre que no proceden del individuo receptor, tal como ocurre cuando se trasplantan órganos.
El procedimiento, aclaró Cowan, está aún en pañales. Pero de desarrollarse y funcionar sin sobresaltos, permitiría –especulan– esquivar el escollo político (y ético) que actualmente desacelera cualquier arremetida científica a la hora del estudio de estas maravillas biológicas de tamaño microscópico –y descubiertas hace 20 años– capaces de reparar corazones infartados, el páncreas de un diabético o cerebros devastados por el mal de Alzheimer o Parkinson.

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