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El primer juicio oral y público del país con la metodología de jurados populares, integrado en su mayoría por ciudadanos comunes, comenzó ayer en la ciudad cordobesa de San Francisco. Sin acceso a la instrucción previa de la investigación ni a la posibilidad de hacer preguntas a los testigos, los miembros del jurado sólo deben remitirse a las pruebas que fiscales y defensores presentan durante las audiencias para llegar a su veredicto. En este caso, la polémica iniciativa, impulsada el año pasado por el gobernador José de la Sota, tendrá que dilucidar si Víctor Fernando Luna, acusado de homicidio agravado con arma de fuego y alevosía, es el culpable de la muerte de Marcos Brito, ocurrida el 5 de junio de 2003 en un barrio de esta localidad del este cordobés.
No podría haber sido más difícil el debut de los jurados populares en el primer juicio del país en el cual los vecinos sin capacitación jurídica son mayoría sobre los letrados –de los quince miembros del jurado, solo tres son abogados, uno de los cuales preside la sesión–. En la primera jornada del juicio que se le sigue a Víctor Fernando Luna, acusado de haber matado de un disparo a Marcos Brito el 5 de junio de 2003 en San Francisco, el único testigo presencial del hecho contradijo todas sus declaraciones anteriores, puso en aprietos a la fiscalía y confundió a todos los integrantes del tribunal, incluidos el presidente y los dos vocales.
Para sorpresa de todos, Gonzalo Mauricio Roldán, quien conducía la motocicleta en la cual viajaba Brito al momento de recibir el impacto de bala que lo mató, sostuvo que no conoce al imputado, que jamás lo vio en el techo de su casa con un arma de fuego (desde donde se habría efectuado el disparo, según la instrucción) y que fue la policía quien lo obligó a firmar una declaración en contra de Luna.
Atentos a las preguntas que hacían el fiscal Víctor Pesano, el abogado defensor Carlos Martínez Cherini y los tres jurados técnicos –los únicos miembros del tribunal facultados para intervenir en el interrogatorio y dirigir el debate–, los otros integrantes del tribunal escuchaban y anotaban lo que decían los principales testigos del caso. Ninguno de ellos, salvo el suboficial Juan Andraus, pudo confirmar con su testimonio lo que habían firmado hace dos años en las constancias escritas que ayer la fiscalía presentó como pruebas contra Luna.
Previamente, el jurado se trasladó a media mañana hasta el lugar del homicidio “con el objetivo de que los legos visualicen in situ lo ocurrido, conozcan personalmente los detalles del crimen y puedan sacar sus conclusiones”, sostuvo a este diario el secretario penal de la Cámara del Crimen de San Francisco, Ricardo Martín. Ante la presencia de medios locales, provinciales y nacionales, los miembros del jurado “se treparon” al techo desde el cual habrían atacado a Brito, recorrieron las calles del lugar y se trasladaron hasta el sitio preciso donde cayó la víctima.
Según Gustavo Porcel de Peralta, relator del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, que llegó a esta ciudad como coordinador y asesor técnico del jurado, hasta ahora, la respuesta de sus integrantes “comunes” ha sido “excelente”. También aseguró que “ninguno manifestó miedo por la trascendental responsabilidad que han asumido” y que no han recibido hasta el momento amenazas o aprietes de alguna de las partes involucradas. En este sentido, es importante aclarar que los jurados no pueden conocer personalmente a los imputados y que si bien todos pertenecen al departamento San Justo, del cual San Francisco es capital, la mayoría vive en pueblos vecinos.
Aunque ayer nadie quiso adelantar cuándo finalizará el juicio, la sentencia “podría estar lista entre mañana y pasado, según se desarrollen las audiencias y lo que digan los testigos en sus declaraciones”, deslizó una fuente judicial. En tanto, confirmaron que el 21 de septiembre próximo, en la ciudad de Bell Ville, al sur de la provincia de Córdoba, comenzará el segundo juicio oral y público con jurados populares, también por un caso de homicidio agravado.