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El capitán Ledesma y los sargentos Montenegro, Rolón y Vega, así presentados, parecen parte del elenco de película de aventuras. Pero son todo lo contrario, o no. Se trata de cuatro policías de la DDI de San Isidro, detenidos como presuntos autores del secuestro de un chapista, a quien habrían obligado a pagar 20 mil pesos para no labrarle una infracción por irregularidades en su taller. Lo notable del secuestro es que la víctima no estuvo encerrada en un aguantadero, sino tomando café con sus captores en la estación de servicio donde su mujer pagó el rescate.