La última de las novedades en torno del robo a las cajas de seguridad del Banco Río de Acassuso tiene que ver con una hipótesis anticipada por Página/12 la semana pasada: el hallazgo de una casa cercana a la sucursal, en la que se habrían refugiado los delincuentes para planear el gran golpe. La vivienda fue allanada el viernes por los investigadores en busca de pistas que puedan servir para encontrar el rumbo en la investigación. Bajo una de las alcantarillas próximas a la casa fue hallado el motor fuera de borda del gomón.

La vivienda se encuentra a menos de 10 cuadras del banco, en la esquina de Dardo Rocha y Tres Sargentos, frente al hipódromo de San Isidro. El lugar fue allanado por policías de la DDI de San Isidro y del Grupo Halcón, los mismos que el día del robo formaron un cerco policial para mantener rodeados a los delincuentes y a los rehenes por más de siete horas y que, más tarde se comprobó, fue burlado por los ladrones que se habían hecho humo.

Además de revisar el interior de la casa, los policías realizaron inspecciones en tres bocas de tormenta y una alcantarilla ubicada a unos 600 metros del lugar. Aunque no hay ninguna certeza, algunos investigadores señalan que por allí podrían haber regresado los ladrones con el botín.

La entrada principal y la del garaje del chalet de una planta están ubicadas sobre Dardo Rocha. A la vuelta, sobre Tres Sargentos, hay dos entradas más chicas. La casa, que cuenta con un jardín al frente y otro más amplio en el fondo, con una pileta, se encontraba vacía.

La alcantarilla por donde los delincuentes habrían visto la luz al salir del túnel con el contenido de las 145 cajas de seguridad y 600 mil pesos del tesoro del banco se supone que es la ubicada a unos 600 metros de donde antes se había hallado el motor fuera de borda, que supuestamente habría sido adosado al gomón, la primera pista del caso.

Según los investigadores, la salida desde el banco comenzó por el conducto pluvial que recorre la calle Perú y que, luego de bifurcarse en dirección a la Panamericana, desemboca a unas 14 cuadras de la sucursal, muy cerca de la casa que podría haber sido usada como cuartel general.

Por debajo de la superficie no sólo se hallaron un gomón y un motor fuera de borda. Además, los buzos de la Policía Bonaerense encontraron varios elementos que podrían haber sido utilizados para el intrépido robo: una escalera metálica, un tubo de oxígeno y una amoladora.

Aún restan resultados de peritos geólogos que intentarán explicar cómo fue que el grupo pudo ubicarse bajo tierra para cavar justo en dirección exacta hacia el banco, y con tanta precisión como para dar justo con la sala en la que se encuentran las cajas de seguridad.

Los investigadores también hallaron otro posible lugar que podría haber servido de ingreso a las profundidades. Se trata de una boca de inspección ubicada en un predio a unas veinte cuadras del banco en una zona poco transitada.

Mientras tanto, se sigue trabajando sobre un grupo de 25 sospechosos que integran o integraron fuerzas de seguridad, y con la digitalización de las pocas imágenes registradas de los ladrones, con las que esperan acercarse a sus identidades. También se investiga a cuatro de los rehenes que habrían tenido “actitudes sospechosas” durante el robo.

Por ahora sólo hay pistas dispersas. Un gomón en un sitio y sin dueño. El motor metros más allá. Una alcantarilla más lejos. Otra posible salida más distante. Sospechas sobre ex integrantes de fuerzas de seguridad. Algunas herramientas desparramadas por los túneles. Sólo resta, lo que no es poco, alguna clave para unir todo esos elementos y poner alguna seguridad en un caso que sólo presenta posibilidades.