En su homilía de la misa crismal, el obispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, instó a los sacerdotes “a dejar de lado los egoísmos para estar disponibles al servicio de los demás”. Bergoglio también participó de una ceremonia en la que lavó los pies a doce chicos del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, en recordación de la muerte y resurrección de Jesús.

“La misión de amor para la cual es ungido el Señor por el Espíritu, no la puede cumplir sin desinstalar primero el egoísmo”, señaló. “El Señor viene a inaugurar su reino. Con su humildad y mansedumbre nos desinstala de todo sueño cómodo de poder y vanidad eclesiástico. Y nos invita a volvernos disponibles a estar al servicio de los demás”, consideró.

También pidió que “el hoy de Jesús nos desinstale de todos los pasados en los que, a veces por dureza y a veces por comodidad, nos queremos refugiar y de todos los futuros que a veces por ambición y a veces por miedo, pretendemos controlar, y nos sitúe en el hoy del amor de Dios”.

En el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez se arrodilló delante de cada uno de los 12 niños, la mayoría de ellos en sillas de ruedas, entubados, con barbijos o respiradores artificiales, para lavarles los pies y besárselos, para cumplir con el mandato evangélico de visitar a los enfermos. En el hospital celebró la misa llamada de la Cena del Señor, junto a enfermos, médicos, personal sanitario y familiares de los niños internados con padecimientos crónicos.

Hoy, Bergoglio pronunciará un mensaje en la Plaza de Mayo, que oficiará como cierre del Via Crucis que se realizará a lo largo de la Avenida de Mayo. La procesión será encabezada por el vicario general y obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, y un grupo de actores vocacionales representará la Ultima Cena a lo largo de la marcha y las 14 estaciones del Via Crucis.