Viernes, 14 de abril de 2006 | Hoy
El ministro de la Producción de la ciudad, Enrique Rodríguez, replicó la explicación que desde la cartera laboral nacional se dio sobre la falta de control a los talleres donde se explota a inmigrantes bolivianos: “Hay una superposición de facultades”, argumentó Carlos Tomada. El ministro porteño replicó: “La competencia sobre el trabajo a domicilio la tenía y la sigue teniendo el Ministerio de Trabajo”.
La controversia se generó a partir de la carta que la Federación Internacional de Trabajadores Textiles envió a Trabajo, en protesta por las condiciones abusivas en que trabajan los inmigrantes. Tomada explicó que su cartera no puede inspeccionar esos lugares por “superposición de facultades” con otras áreas. Rodríguez, en diálogo con Página/12, ratificó que el control del trabajo a domicilio –que incluye los talleres clandestinos– es atribución de la Nación, al menos “hasta que se ponga en vigencia el convenio que le traspasa esa competencia a la ciudad”.
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