La velocidad y la lluvia, es bien sabido entre automovilistas y peatones, no son aliadas. La combinación de ambos suele dar resultados nada agradables y poco esperados. Y la imagen que podía verse ayer por la mañana, de un auto con su trompa dentro del hueco que él mismo generó en la pared de una casa del barrio porteño de Pompeya, fue una prueba indiscutible de aquella máxima. A pesar del fuerte golpe que el vehículo dio para alterar la estructura de la edificación y de los daños materiales que provocó, no hubo víctimas: ni entre los habitantes de la casa ni el conductor, que apenas tuvo algunos golpes.

El cuadro fue la consecuencia de que el conductor de un automóvil particular perdió el control y ingresó en una humilde vivienda ubicada en la esquina de la avenida Sáenz y la calle 27 de Febrero.

El choque tuvo lugar en la mañana de ayer, cuando las calles porteñas se encontraban húmedas debido a la lluvia que llevaba varias horas cayendo sobre la ciudad.

“El accidente ocurrió en las primeras horas del día, cuando el conductor de un Ford Taunus que circulaba a gran velocidad se incrustó en el frente de una casa ubicada en avenida Sáenz y calle 27 de Febrero”, señaló una fuente policial.

Ninguno de los habitantes de la casa resultó herido gracias a que el sector que sufrió el impacto del vehículo estaba desocupado en ese momento. Sólo el joven conductor del auto debió ser trasladado a un hospital cercano, pero únicamente presentaba algunas contusiones.

“Felizmente no hubo víctimas, pero la estructura de la casa quedó muy comprometida”, indicó la fuente. Restos del techo y ladrillos de las paredes habían quedado sembrados en el suelo y también cubrían gran parte de la carrocería negra del Taunus.

El accidente ocurrió en el mismo lugar donde una semana atrás un camión embistió un destacamento policial. En esa ocasión, el chofer tampoco logró frenar a tiempo y tres policías, dos de ellos de la Superintendencia de Bomberos, debieron ser atendidos en el Hospital Churruca.