El viudo Marcelo Macarrón y su abogado Daniel Lacase parecen haber perdido la paciencia. Ayer salieron a la cancha a cuestionar, con alguna sutileza, la investigación del crimen de Nora Dalmasso e insistieron en dos conceptos: “el homicida está en Río Cuarto” y “dejen de dar vueltas alrededor de las amigas de Nora e investiguen a los que participaron en los asados y fiestas que hubo aquella noche”. Aunque no lo dijeron en forma explícita, el viudo y su abogado apuntan a los que estuvieron en un asado de agasajo al secretario de Seguridad cordobés, Alberto Bertea. Ellos creen que entre los asistentes a ese encuentro está el homicida. Aunque se disparó una polémica por los estudios genéticos, todavía hay una razonable expectativa de que el ADN surja de los análisis que se van a seguir haciendo. Y también, más allá de lo que se ha hecho trascender, puede haber resultados del entrecruzamiento de llamadas.

Se sabe que Macarrón y Lacase tenían grandes expectativas en que el crimen se resolvería muy rápidamente y que a esta altura ya habría al menos un detenido. No ocurrió así y más bien sucede lo contrario: los últimos datos hablan de que hubo problemas con los estudios de ADN y que tampoco hubo resultado favorable en la utilización del sistema VAIC de entrecruzamiento de llamadas. Eso llevó ayer a Lacase a salir a criticar la pesquisa, todo lo contrario de lo que había hecho Macarrón hace unos días, cuando se deshizo en elogios a la policía y los fiscales. Lacase dijo, concretamente: “Se está perdiendo el tiempo con demasiadas cosas mediáticas y no se está haciendo la investigación que en debida forma se debería hacer”. Para precisar más sus críticas, el letrado señaló que “estamos ante un asesino muy inteligente, que embarra la cancha con el tema del juego de la olla y las fiestas swinger. Hay que investigar con fuerza qué pasó esa noche en Río Cuarto, quién anduvo por Villa Golf y por los distintos lugares, qué asados hubo y qué fiestas se realizaron. No me cabe la menor duda de que el asesino está en Río Cuarto”.

Lacase no disimula demasiado sus sospechas sobre los participantes del asado que se hizo en una finca del barrio Banda Norte. El encuentro fue un agasajo al secretario de Seguridad, Bertea, y Amadeo Cuchod fue el dueño de casa. En el asado estuvieron Rafael Magnasco, que aceptó sacarse sangre para que se hiciera la comparación de ADN, Ramiro Ferreira, Esteban Gómez, Mariano Torres, Víctor Daniele y el agasajado. Tres de los participantes se retiraron a la 1.30. Daniele, por ejemplo, sostuvo que fue a buscar a sus hijas que habían ido al cine y que después las llevó a la casa de su ex esposa, en el Villa Golf Club, o sea el barrio en el que fue asesinada Dalmasso. Respecto de Magnasco, hay algún testimonio que indica que no se fue de la casa de Cuchod hasta las 5 de la madrugada, cuando lo tuvieron que llevar hasta su domicilio porque tenía unas cuantas copas de más.

Más allá de las quejas de Macarrón-Lacase, los fiscales Javier Di Santo y Fernando Moine están verificando todas las coartadas de los que estuvieron en Banda Norte. Ambos investigadores judiciales están convencidos de que el homicida es un conocido de Dalmasso y por ello esperaban con ansiedad el entrecruzamiento de llamadas. Ayer trascendió que el resultado de ese análisis no consolidó las pistas que se vienen trabajando, pero tal vez sea una versión echada a rodar en forma intencional para que el asesino relaje sus defensas. Lo concreto es que los fiscales piensan que de las llamadas tienen que surgir elementos de prueba porque, de lo contrario, no se explica por qué el homicida se llevó los dos celulares que estaban a la vista. “Tiene que haber alguna comunicación incriminatoria. El sujeto no se llevó ni un Rolex ni dinero, sólo los dos celulares que vio. El otro quedó debajo de un control remoto y se le pasó.”

Respecto de los estudios de ADN, ayer fue un día de polémicas. Daniel Zabala, el bioquímico que hizo el primer análisis de la sustancia encontrada en el cuerpo de Dalmasso, volvió a asegurar que se trata de semen, mientras que Nidia Modesti, la bióloga que trabajó la muestra en el Ceprocor de Córdoba, sembró dudas sobre la forma en la que se recogió y preservó la sustancia e incluso dijo que no está claro si se trata de semen. Dos biólogos consultados por este diario sostuvieron que puede tratarse de semen y que igualmente no surja de allí el perfil genético. Aun así, los especialistas son moderadamente optimistas en que el ADN pueda salir de nuevos estudios sobre una muestra que está guardada, la sábana que estaba debajo de Dalmasso y los pelos que se encontraron en la habitación.