SOCIEDAD
Los cartoneros porteños tendrán un carrito diseñado por expertos
Un equipo de la UBA diseñó un carrito para la cooperativa El Ceibo, que iniciará una experiencia en Palermo.
Buscan sponsors.
Por Eduardo Videla
Los cartoneros que más cerca están de institucionalizar su actividad en la ciudad de Buenos Aires saldrán a la calle con un carrito diseñado especialmente para desarrollar su trabajo. En principio serán treinta unidades, con estructura de hierro cubierto por una lona impermeable, dotado de cuatro ruedas, dos de ellas con freno, para hacer más segura su circulación por calles y veredas de la ciudad. El prototipo fue diseñado por un equipo de docentes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, que colabora con la cooperativa de recolectores El Ceibo, el grupo que se apresta a celebrar un acuerdo con el Gobierno de la Ciudad para implementar una experiencia piloto en el barrio de Palermo. El secretario de Medio Ambiente, Eduardo Epszteyn, ratificó la voluntad de su gestión de impulsar el reciclado de residuos en este nuevo contexto post devaluación.
“Quisimos mostrar que el diseño puede aparecer tanto en artículos suntuosos como en objetos destinados a las clases más humildes, como una ayuda para que hagan su trabajo más digno”, explica a Página/12 Gustavo Marinic, docente de la UBA e integrante del equipo que diseñó el carro para la cooperativa El Ceibo.
Los cartoneros de El Ceibo vienen tejiendo desde hace un año un trabajoso acuerdo con el gobierno porteño para implementar una experiencia piloto, juntamente con los vecinos de una zona de Palermo: consiste en la clasificación en origen de los residuos, de manera que los recolectores retiren las bolsas donde ya estarán separados los papeles y cartones y no tengan más que cargaros en el carro. Con eso evitan abrir las bolsas de basura para seleccionar los materiales en la vereda.
El vehículo diseñado por el equipo de la UBA consta de una estructura de hierro, equipada con un bolsón de lona que puede desmontarse para su limpieza. “En el proyecto inicial lo habíamos hecho con lona de PVC y nylon, del tipo de la que usan los camiones, pero como la materia prima es importada pensamos en una opción más económica, con tela de polipropileno, similar a la rafia”, describe Marinic.
El carrito mide dos metros de largo por uno de ancho y 1,30 de alto y puede contener entre seis y ocho bolsas de consorcio. La estructura está montada sobre dos ruedas de ciclomotor (más resistentes que las de bicicleta, que son las más utilizadas por los cartoneros) y otros dos ruedas más pequeñas, dotadas de un sistema de freno mecánico que se acciona con solo pisar una palanca. La tela será violeta y naranja, los colores que identifican a la cooperativa.
Los diseñadores calculan que cada carrito costará alrededor de 400 pesos si se confeccionan con lona, y unos 150 pesos si se utiliza la opción más económica. La cooperativa está buscando sponsors para financiar la construcción de los carros.
El Ceibo está integrado por 104 socios, que representan a otras tantas familias. En ese número se incluyen los recolectores, los separadores de la basura recolectada y los promotores ambientales, que son los que recorren la zona para divulgar el programa entre los vecinos. “La experiencia piloto comprende 53 manzanas de Palermo, delimitadas por Julián Alvarez, Soler, Thames y Córdoba”, dice a Página/12 Cristina Lescano, vocera de la cooperativa.
Con la implementación del programa, el gobierno porteño apunta a resolver un problema que crece al rito de la crisis: el aumento del precio del papel importado, consecuencia de la devaluación, fomentó la industria local del reciclado y, por consiguiente, se multiplicaron los valores del papel y el cartón. También se multiplicó el cirujeo, actividad prohibida por una ordenanza municipal que a esta altura resulta anacrónica, según reconocen las propias autoridades. Según denuncian los cartoneros, en algunas zonas la policía reprime la actividad o la tolera a cambio de arreglos económicos. El itinerario ya está organizado. “Vamos a recoger las bolsas dos veces por día, de mañana y de tarde. Y vamos a descargar los carros en dos camiones que va a poner el gobierno”, explica Lescano. “El gobierno nos prometió que el acuerdo se iba a firmar a principios de agosto”, agrega Lescano. “Pero si no se firma, vamos a empezar igual, porque la gente necesita trabajar.” Los cooperativistas de El Ceibo necesitan además un centro de acopio para almacenar y clasificar el material. “Las asambleas vecinales –advierte Lescano– ya nos ofrecieron ocupar algún lugar para tener un centro provisorio.”