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La eyección precoz en el Mundial dejó un hueco muy profundo en el alma del hincha y en los calendarios: Argentina fue eliminada por Suecia el 12 de junio y desde entonces pasó un mes y medio que viene a ser algo así como un lustro y medio para el sentimiento futbolero encuadrado en este contexto social de mishiadura. Pero así como todo pasa, todo llega y el próximo viernes, que es como decir ya mismo, se iniciará el torneo Apertura. ¡Vuelve el fútbol, señoras y señores! Y es –discúlpese la escasa ambición– un motivo para el festejo.
Lo que sigue es preguntarse: ¿cómo vuelve? ¿Vuelve vencido a la casita de los viejos? ¿Vuelve con la frente marchita? ¿Vuelve con el caballo cansado? ¿Vuelve por las calles de ayer? ¿Vuelve con las manos vacías? ¿Vuelve sin que lo llamen porque se fue sin que lo echen? Vuelve, punto. Y ya es un dato favorable. Pero, además, la primera sensación es que vuelve maquillado, con mucho movimiento en el libro de pases, con jugadores que buscan adentro el destino que no pudieron alcanzar afuera, con algunos pibes que trepan y algunos veteranos que circulan de ida y vuelta por los clubes.
Boca disputa con Independiente la pole-position de la renovación y el cambio. La llegada de Matías Donnet, Ezequiel González, Raúl Cascini y Raúl Estévez, y la casi segura del Pampa Roberto Sosa, se complementan con el retorno de Hugo Ibarra. El técnico Oscar Tabárez podrá contar también con Diego Crosa, cuyo pase al exterior finalmente no se concretó. Con Sosa en medio de varios pitufos que juegan bien, entre los que hay que contar a Tévez, Boca puede variar sus vías de llegada. Cualquier comentario suspicaz que vincule los cambios que esta vez se intentan en Boca con la candidatura de Mauricio Macri al gobierno de Buenos Aires corre por cuenta exclusiva del lector. Boca tiene todo armado como para pelear por el título, pero si le va mal a sus hinchas les quedará la posibilidad de quedarse solamente con el campeonato español y hacerse fana del Barcelona, donde jugará Riquelme, ahora con más posibilidades tras la salida de Rivaldo.
En Independiente también rompieron el chanchito porque el promedio del descenso es espantoso. Pero no se quedaron ahí y duplicaron la apuesta jugándose por un equipo que zafe abajo y además pelee arriba. Con los hermanos Montenegro (muy especialmente con Daniel), con Federico Domínguez, Castagno Suárez, Juan José Serrizuela y Leo Díaz, Américo Gallego puede agrandarse y decir, como dijo, que quieren salir campeones jugando buen fútbol, “no como los vecinos”.
El entrenador vecino, Reinaldo Merlo, seguirá arreglándose con poco y cada vez menos. De Racing se fueron, entre otros, Loeschbor, Gustavo Barros Schelotto, Maciel, Chatruc, Viveros y Maceratesi, y llegaron Belloso, Marchant, Maidana, Morigi y Pumar, un uruguayo de Bella Vista. Vale decir que tendrán que confiar mucho en lo que ataje Campagnuolo y lo que invente Maximiliano Estévez.
River es otro de los que se desmembró. Se le fueron jugadores clave: Ortega, Cambiasso y Ledesma, también se alejaron Claudio Husain y Martín Cardetti, y tienen las valijas hechas Zapata y Ayala para irse a Italia, y Coudet, a México. Por ahora hizo incorporaciones menores y apunta a Luis González de Huracán (el pase está casi hecho) y al Turu Flores. A simple vista, el ingeniero Manuel Pellegrini deberá estructurar un equipo que centre sus aspiraciones en la producción de los pibes D’Alessandro y Cavenaghi, y los veteranos Astrada en el medio y Comizzo en el arco. Buljubasich llegó al club como firme candidato al banco.
El panorama de los grandes lo completan San Lorenzo que, en medio de la crisis económica, se reforzó; y Huracán, que se viene en picada. Insua podrá contar en su plantel con Chatruc, Astudillo, Cordone, Herrón y Frutos. Lo de Tinelli no pasó de una jodita y su participación se limitó al cuarto de hora del amistoso contra Deportivo Español. Brindisi, DT de Huracán, se agarra la cabeza y no es para menos: se le fueron DanielMontenegro y Lucho González, y le llegaron Zermatten y Fleita. Parece otra jodita de Tinelli. Más o menos en la misma está el DT de Gimnasia, Carlos Ramacciotti, quien ya no tendrá a Sava y a Messera, con lo cual pierde el 50 por ciento de su potencial. Arsenal y Olimpo, que debutan, y todos los demás presentarán el próximo fin de semana caras desconocidas para los propios hinchas.
Si lo que se quiere saber es si estos movimientos permitirán ver mejor fútbol, se podrá responder con algunas estrofas del tango “Maquillaje”, de Homero Expósito: “No../ ni es cielo ni es azul/ ni es cierto tu candor/ ni al fin tu juventud/ Tú compras el carmín/ y el pote de rubor/ que tiembla en tus mejillas/ Y ojeras con verdín/ para llenar de amor/ tu máscara de arcilla”.