Sábado, 24 de marzo de 2007 | Hoy
Ningún tribunal quiere aceptar el caso elevado esta semana.Le temen a la extensa duración y su alta conflictividad. Hay jueces que elegirán jubilarse antes que encabezar el juicio.
Por Raúl Kollmann
En Tribunales ya se habla de algunos jueces que se jubilarían y de otros que van a tratar de excusarse como fuese. Lo cierto es que ningún tribunal quiere hacerse cargo del juicio por el caso Cromañón. Esta semana, tras la elevación a juicio que hizo la jueza María Angélica Crotto, resultó sorteado el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 11, pero los magistrados ya preparan un escrito señalando que el juicio lo debe llevar adelante el TOC 24, que tiene a su cargo la causa –derivada del caso Cromañón– en la que están imputados por corrupción varios jefes de Bomberos. Pero el TOC 24 rechazará ese argumento y dirá que el juicio lo tiene que hacer el TOC 11. El choque tendrá que saldarlo la Cámara de Casación, aunque ya se menciona el caso de jueces que elegirían la jubilación antes que encabezar un juicio que promete ser larguísimo, con alto nivel de conflicto y el seguro choque con una parte de los padres de las víctimas.
La jueza Crotto decidió que, después de más de dos años de instrucción, con lo realizado es suficiente para poner en marcha el juicio oral y acelerar el proceso que lleve a condenas o absoluciones. Los acusados serán Omar Chabán y sus colaboradores, los integrantes del grupo Callejeros, los policías que supuestamente cobraban coimas para que Cromañón funcionara en forma irregular y los funcionarios que trabajaban en la órbita de la Subsecretaría de Control Comunal, que encabezaba Fabiana Fiszbin. En total, los imputados son 15. Falta terminar la instrucción relacionada con la atención a las víctimas, es decir los cuestionamientos al SAME, lo que llevaría a un segundo juicio oral, y queda por definir la situación de Aníbal Ibarra y Juan Carlos López, entonces jefe de Gobierno y secretario de Seguridad de la ciudad, por ahora absueltos, pero cuyos abogados están citados el 10 de abril para que expongan ante la Cámara de Casación. Es casi seguro que Casación confirmará las absoluciones.
Los sorteados para llevar adelante todo el proceso de juicio oral son los integrantes del TOC 11, Enrique Alvarez Aldana, Enrique Posse y Floreal De Laurentis, todos veteranos y con larga carrera judicial. Ya trascendió que rechazarán la competencia argumentando que en el TOC 24 está la causa conocida como Bomberos y que consideran conexa, o sea que tiene estrecha relación con Cromañón. Los jueces del TOC 24, Ricardo Rojas, Raúl Llanos y Marcelo Alveró dirán a su vez que en la causa Bomberos no se investiga nada relacionado con Cromañón sino a tres jefes de Bomberos que, cuando se pedía la habilitación de un local, derivaban a los interesados a dos empresas, Bausis y Baipex, que cobraban por un supuesto asesoramiento y conseguir la habilitación. Es cierto que esta causa surgió de una denuncia de Fabiana Fiszbin, pero –dirán los hombres del TOC 24– la maniobra no fue utilizada en el caso de la habilitación de Cromañón y eso hace que no sean causas conexas.
La controversia llegará a la Cámara de Casación, que deberá definir quién lleva adelante el juicio oral. Como ya adelantó Página/12 el año pasado, en Tribunales es vox populi que ningún juez quiere estar al frente de un juicio oral tan complejo, largo y polémico. Debe considerarse que estarán en la cancha numerosos abogados defensores y numerosos querellantes, lo que de por sí prenuncia que las audiencias serán muy extensas. Habrá demasiada gente preguntándoles a demasiados testigos. Algunos pronostican que el juicio mismo durará un año, promediando entre los tres meses que va a tardar el de García Belsunce y los tres años que tardó el de la AMIA.
Pero ese contador de tiempo recién se pondrá en marcha al inicio del juicio, con suerte, en 2008. Es que antes de la primera audiencia, habrá una instrucción suplementaria –o sea medidas de prueba previas al juicio– de gran envergadura. Por ejemplo, Chabán apuntará los cañones a la habilitación y a los dueños del local, por lo que pedirá muchas medidas de prueba sobre eso. También tendrá en la mira al que supuestamente tiró la bengala, lo que llevará a otros pedidos de prueba. Callejeros dirá que no tenía la coorganización del recital y que no incentivaba el uso de bengalas, por lo que también reclamará medidas probatorias. Los funcionarios apuntarán a los policías y los querellantes a los funcionarios. Para tener un parámetro, en la causa AMIA la instrucción preliminar llevó 18 meses. Es posible que en Cromañón el proceso sea más breve, pero no mucho.
El Código Procesal establece que en ningún caso puede ser reemplazado un juez. Si uno de los magistrados se enferma durante un mes, por ejemplo, o muere, el juicio se anula. Eso significa que los jueces del caso Cromañón tienen delante de sí una labor de unos tres años, entre el proceso previo y las audiencias del juicio mismo. Los más veteranos dirán que no están para eso y a los demás tampoco les seduce semejante tarea. Con el agravante de que afuera estarán los padres reclamando y los políticos jugando sus fichas.
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