–Les presento al primer candidato a legisladorrrrr: Ginessss González Garrrcía –lanzó el locutor. Ya sin el saco, que abandonó sobre la silla, el ministro de Salud levantó ambas manos haciendo la ve y recibió una ovación de los militantes que colmaban hasta la asfixia el tanguero bar Homero Manzi. Lo flanqueaban el candidato a jefe de Gobierno, Daniel Filmus, y los ministros Carlos Tomada y Alberto Iribarne. “Soy el candidato sorpresa del cual hablaban algunas”, chanceó Ginés, en dirección a la líder del ARI Elisa Carrió. Con una enorme sonrisa, el ministro se mostró a sus anchas en un acto peronista en toda la línea. “No esperen que salte pozos (no soy bueno para eso) ni que me afrancese”, disparó Ginés hacia sus dos contrincantes: Mauricio Macri y Jorge Telerman.

El equipo de campaña eligió el bar Homero Manzi como un símbolo porteño para presentar a quien encabezará la lista de legisladores kirchneristas. Entre cuadros de Gardel, convivían las banderas de las diferentes corrientes kirchneristas. Los participantes del acto componían un fresco de la pata peronista de la fórmula que –al paladar de los operadores K–- hará equilibrio con la lista de legisladores que encabezará el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra. “Me hubiera gustado una sola fuerza electoral. Las diferencias con Ibarra son tácticas”, dijo el secretario general de Suterh, Víctor Santa María, quien tallará en el armado de la lista de legisladores, junto con el Partido de la Victoria y Nueva Dirigencia.

En primera fila, se podía ver al bloque de legisladores kirchneristas, encabezados por Diego Kravetz –una fija en la lista que seguirá al ministro de Salud–, al titular de la Superintendencia de Seguros de Salud, Héctor Cappacioli; a la titular del Inadi, la infatigable María José Lubertino, con un llamativo vestido a lunares; al dirigente Juan Carlos “Canca” Dante Gullo; al titular de Cascos Blancos, Gabriel Fuks; al ex vocero de Eduardo Duhalde, Eduardo Amadeo, y al diputado Jorge Argüello.

También se contaban entre los asistentes diversos emigrados de otras fuerzas, como el ex zamorista Rubén Devoto y el ex titular del ARI Fernando Melillo, que fumaba en su ya clásica pipa. Poco antes de la llegada de los cuatro ministros, la senadora Vilma Ibarra –que se había quedado afuera– logró ingresar a fuerza de golpes secos contra la puerta de madera y empujones entre la multitud.

–Vaaaaamooo, gordoooo– gritó un militante con la voz encallecida, cuando entraron los cuatro ministros, que fueron recibidos por una multitud que entonó de prepo la marcha peronista. Con el rostro enrojecido, Ginés la coreaba con los dedos en ve, Tomada movía los brazos como un director de orquesta, mientras que Filmus se mostraba mucho menos efusivo: la cantaba bajito, con los brazos cruzados. “Salta, salta, pequeña langosta, Macri y el Pelado son la misma bosta”, les dieron ánimo entre las mesas.

“Me siento muy honrado por la vida. Voy a hacer la campaña que hacemos los peronistas toda nuestra vida: trabajar por un país mejor”, comenzó el ministro de Salud. “Este no es un tema de mejorar algunos puntos para llegar al ballottage. Es un tema de... ¡¡ganar!!”, lanzó y dejó atrás una retahíla de aplausos. “Los cuatro que estamos acá somos parte del equipo. Algunos no tenemos el peso para ser delanteros, pero igual tratamos de hacer goles”, bromeó.

“Nosotros dijimos que íbamos a traer a un candidato de peso... ¡Y lo hemos hecho!”, se sumó Filmus, que señaló la generosa humanidad de Ginés.

“Tiene una tradición de lealtad: no ha mirado la envergadura del cargo antes de aceptar el desafío”, lo elogió. Al igual que su compañero de lista, el ministro de Educación le apuntó a Macri, con quien busca polarizar: “Vamos a dar la batalla contra aquellos que se acercan a los pobres para sacarse una foto o les dan algo cuando pierden un partido de fútbol”, descerrajó. “El objetivo principal es que no vuelvan las dictaduras militares ni las políticas liberales. Estamos tratando de evitar que resurjan esas políticas en la ciudad”, concluyó.