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Un preso apareció el jueves ahorcado en un presunto suicidio en su celda del penal de máxima seguridad de Melchor Romero. Así fue como apareció, pero ayer se supo que así no fue como murió. La autopsia reveló que el detenido fue asesinado luego de ser golpeado y que la escena fue armada para encubrir el homicidio. Tras conocerse el hecho, ayer mismo la cárcel fue intervenida por el Ministerio de Seguridad bonaerense. El caso se suma a otras muertes ocurridas en penales de la provincia donde aparecen como sospechosos miembros del Servicio Penitenciario Bonaerense.
El fiscal platense Daniel Urriza confirmó que, de acuerdo con un informe preliminar de la autopsia, el preso Juan Carlos Acuña Troche “no se suicidó –como se aseguró en un primer momento– sino que fue golpeado y, aún con vida, colgado”.
El jueves, sin embargo, la información brindada sobre el caso señalaba que Acuña Troche estaba en huelga de hambre y se suicidó al enterarse que se le había rechazado un traslado a otro penal. Pero ayer, al conocerse el resultado de la autopsia, la causa dio un giro inesperado y el ministro Juan Pablo Cafiero ordenó la inmediata intervención de la unidad penal 29.
Troche estaba detenido en esa cárcel por los delitos de robo calificado, atentado y resistencia a la autoridad y tenencia de arma de guerra. El 23 de agosto último, el tribunal número 4 de San Isidro había rechazado un pedido de hábeas corpus presentado por él para ser trasladado a otra unidad, tras evaluar su peligrosidad.
El camarista Fernando Marotto pidió el mes pasado al gobierno provincial que investigue los asesinatos de detenidos en unidades penales.