La temperatura alcanzó ayer los 37 grados y la sensación térmica llegó a 41,6 grados en el área metropolitana, en otra jornada sofocante, aunque por la noche llegó la lluvia (pronosticada para hoy) y el ambiente se volvió algo más tolerable. Para mañana, las marcas máximas y mínimas serán unos 10 grados más bajas, anunció el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Las altas marcas térmicas registradas desde el fin de semana pasado resultan agobiantes, pero no constituyen técnicamente una “ola de calor”, advirtió Jorge Leguizamón, difusor de turno del SMN.

“Para que eso fuera así tendría que ser un estado muy caluroso, extremadamente húmedo y que se diera en gran parte del país durante muchos días”, explicó. La actual situación, siguió, “se debe a una circulación de aire de Brasil que alcanza todo el centro del país hasta Bahía Blanca, el Norte y el Litoral”.

Más allá de los tecnicismos meteorológicos, el calor puso de nuevo al límite el sistema energético. El arranque de la actividad laboral en el primer día hábil del año coincidió con la persistencia de elevadas temperaturas, con lo que a media tarde la demanda de energía se acercó a los 17 mil megavatios (mv), lo que representó unos 6000 mv más que la demanda registrada a la misma hora, y con una temperatura similar, el martes 1º de enero.

Vecinos de los barrios porteños de Villa Real, Versalles y Villa Devoto denunciaron anoche que continúan sin suministro de agua o con baja presión.