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En picada. El empeoramiento de las condiciones de trabajo cuando no la lisa y llana desocupación, y con esto, la caída general y abrupta en la calidad de vida tanto de sectores medios como bajos son el trasfondo sobre el que hoy se construye la relación entre la escuela y la familia. Los datos surgen del estudio “Padres con la escuela 2002”, realizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y señalan que, ante la actual crisis socioeconómica, la escolaridad es una fuente de contención valorada por los padres como algo más que un mero ámbito de aprendizaje.
Con la presencia de 160 mil adultos-responsables de alumnos de los niveles inicial y primario, el pasado 22 de noviembre se realizó una jornada en escuelas privadas y estatales de la ciudad para evaluar la relación entre los ámbitos escolar y familiar. Una de las primeras conclusiones surgida a partir de esto es que, a pesar del cambio de roles verificado en los últimos años en las parejas, en relación con la escolaridad de los hijos las mujeres mantienen un lugar preponderante. Del total de asistentes a la jornada, más del 75 por ciento fueron mujeres, en la mayoría de los casos madres y en otros hermanas o familiares.
En cuanto a la calidad de vida familiar, los aspectos laborales y las posibilidades de recreación son los dos puntos que la investigación realizada por la Secretaría de Educación porteña señala como los que más empeoraron. Según revela la encuesta respondida por 677 adultos, esta caída fue sentida con mucha más fuerza por las familias de los sectores medios mientras que casi un 30 por ciento del sector de más bajos recursos, que vio cómo empeoró una situación que ya era precaria, coincidió en que su principal preocupación es la cada vez peor calidad de su alimentación.
Otro de los datos que aportó el estudio es que, a pesar de los mayores problemas económicos en el seno familiar o quizá como consecuencia de esto, los adultos tienen un seguimiento más profundo de la educación de los chicos y una mayor comunicación con los docentes. Pero también se evaluaron los obstáculos: entre los padres de sectores medios y bajos, el cansancio (18%) la falta de tiempo (17%), la falta de recursos (4%), o sencillamente la imposibilidad de entender las tareas (18%) se convirtieron en trabas para apoyar a los chicos en su escolaridad. En este sentido, el informe concluye que en la actualidad, los estilos parentales que se perfilan se caracterizan más por la ayuda, la conversación y la exigencia de asistir a clase que por la aplicación de sanciones o castigos.