El vuelo 447 de Air France despegó el domingo 1º de junio de 2009 de Río de Janeiro con destino a París con 228 pasajeros y tripulantes a bordo. A pocas horas de vuelo, la aeronave cayó al mar. El avión envió 24 mensajes automáticos dando muestra de fallas en el sistema en los minutos antes de entrar en una tormenta y perderse en las aguas del Atlántico, a unos cientos de kilómetros de la isla Fernando de Noronha. El piloto automático estaba desconectado, pero los investigadores no están seguros de si había sido apagado automáticamente o lo habían accionado los pilotos. Por el hecho, las dos empresas, Air France y Airbus, fueron puestas bajo investigación por homicidio involuntario.

En mayo del año pasado, los rescatistas habían encontrado 50 cuerpos –45 pasajeros y 5 tripulantes– y más de 600 piezas de la aeronave. Por casi dos años, los rescatistas buscaron el Airbus 330-200 en las aguas del Atlántico. Por el momento, los investigadores se niegan a dar precisiones del lugar del hallazgo de los restos, según explicaron, para preservar la integridad del lugar.