Viernes, 22 de abril de 2011 | Hoy
Desde el gobierno de Formosa entienden que la asistencia sanitaria deficitaria que denuncian los indígenas se debe a que en algunas comunidades “la población es chica y dispersa”. Pero en líneas generales aseguran que la situación de los pueblos originarios (alrededor de 36 mil habitantes) “es mejor que la media de los formoseños” (cerca de 500 mil). Los datos correspondientes a 2009 que presentaron desde el Ministerio de Salud provincial indican que, con respecto a la mortalidad infantil de menores de un año, la población indígena (20,1) está a sólo dos décimas de la general (19,9). Formosa es la provincia con peor situación en ese rubro. En otros indicadores como el riesgo de bajo peso en niños menores de cinco años, o en nacimientos prematuros, los originarios tienen una mejor situación que el promedio. Por ejemplo, el primer indicador da 4,7 por ciento para los indígenas y 7,3 por ciento para la provincia. Mientras que el segundo arroja 4,27 en población originaria y 7,75 por ciento para el total.
Hay casos donde la población está concentrada en gran número, como en Bartolomé de las Casas, y la atención sanitaria no es óptima. Cristina Mirassú, directora de Prestaciones de Salud, aseguró que allí viven 2348 personas, según el registro oficial realizado el año pasado. Para esos habitantes hay un médico, cuando la Organización Mundial de la Salud sugiere un profesional cada mil habitantes, la media provincial es “un médico cada 1200”. En torno de la ambulancia que no funciona hace más de un mes, la funcionaria indicó que “cualquier cosa puede manejarse con el móvil del hospital de Fontana”, ubicado a siete kilómetros.
Respecto al paraje 503, Mirassú sostuvo que “es una población que va y viene, por las crecidas del río, por eso es difícil atenderla”. “El agente sanitario sólo va allí cuando hay vacunación o alguna campaña particular”, agregó. Sobre este poblado reconoció: “No lo estamos asistiendo bien”.
En el caso de Santo Domingo, manifestó que “es una zona en conflicto por la propiedad de la tierra en un campo con otros dueños”. Respecto de la atención sanitaria no dio especificaciones. Y de Pozo del Pato dijo que “está cubierto por un agente sanitario”, aunque en la comunidad sostuvieron que esa persona trabaja de forma gratuita y sin material.
En torno del abordaje del Chagas, la funcionaria explicó que para controlar a la vinchuca, vector de esa enfermedad, “debe realizarse una fumigación anual”. Para el caso de Bartolomé de las Casas “la última fumigación fue en 2009 sobre 297 viviendas”. En Pozo del Pato “en septiembre de 2010”. De Santo Domingo, lo mismo que en el paraje 503, no se dieron datos al respecto.
Informe: L. R.
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