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Los fumadores pasivos tienen el treinta por ciento más de probabilidades de enfermar de cáncer de pulmón que quienes no están expuestos al humo de tabaco ambiental. Así lo advierte el informe sobre tabaquismo producido por la Sociedad Argentina de Cardiología.
Para el ataque cardíaco, el riesgo de los que viven o trabajan en ambientes con humo de tabaco es 20 por ciento superior al del resto.
En niños, es aún más grave: el riesgo de que padezcan ataques de asma sube al doble si los papás fuman en casa; el de enfermedades respiratorias en menores de dos años es 60 por ciento superior, y el de muerte súbita infantil se multiplica por dos y medio.
El informe señala que “para eliminar de manera efectiva los compuestos químicos del humo de tabaco ambiental en un área cerrada, se tendrían que realizar más de 200 cambios de aire por hora; el número habitual en un ambiente ventilado es de 10 a 15”.
Un cigarrillo produce doce minutos de humo ambiental, comparado con los 30 segundos de humo que inhala el fumador.