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“Es la primera vez en la historia que el Estado reconoce que las uniones homosexuales son familia. Con la aplicación de la ley no estaremos excluidos de ninguno de los derechos o beneficios que la ciudad otorga a los cónyuges”, evaluó Pedro Paradiso Sottile, coordinador del área jurídica de la CHA. La ley 1004 de Unión Civil, aprobada por la Legislatura porteña el 12 de diciembre del año pasado, otorga derechos (sólo en el ámbito de la ciudad) a las parejas que conviven “con independencia de su sexo u orientación sexual”, según se indica en el primer artículo. Podrán unirse mediante esta ley los heterosexuales, homosexuales o bisexuales que acrediten una convivencia de dos años.
Además de las visitas en hospitales y penitenciarías y la aceleración de cualquier trámite relacionado con la convivencia (como pensiones, división patrimonial o herencias en caso de muerte de uno de los miembros de la pareja), el Registro Público de Uniones Civiles permitirá que quienes trabajen en el Gobierno porteño (maestros, personal de la salud y empleados administrativos de las distintas reparticiones municipales) puedan pedir licencia para el cuidado de su pareja y acceder a planes de ayuda social y de vivienda del gobierno porteño.
“Hay un antes y un después con la aplicación de la ley: no habrá más discriminaciones de hecho, ya que se protege la intimidad de dos personas que se aman sin importar su sexo”, afirmó Paradiso Sottile.