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María Rachid, de las Fulanas, está esperando que se abra el registro de unión civil en la Ciudad de Buenos Aires para inscribirse junto con Claudia, con quien está en pareja hace tres años. “No tanto por los efectos legales, sino como acto político y para seguir peleando por más derechos”, aclaró. Claudia se someterá a un segundo intento de fertilización asistida. Las dos quieren ser mamás. “Nuestra reivindicación más importante es que el Estado reconozca a nuestro hijo o hija como de las dos”, destacó Rachid. Para ella, en un primer momento no serán muchas las parejas de lesbianas o gays que vayan a inscribirse en el registro de unión civil. “Tienen miedo de que la información trascienda, se haga pública, los medios se enteren y tengan problemas en sus trabajos. Lo mismo les pasa a muchos con la obra social: no quieren declarar que tienen una pareja del mismo sexo por temor a perder el empleo”, explicó Rachid.