Además del Anamora, que cuesta 79 pesos para adultos y 40 para menores de 10 años, hay otros barcos de menor calado que salen de la banquina de los pescadores: Ciudad de Mar del Plata, Da Vinci y Fortuna. Ariel Medina, anfitrión de Anamora, recomienda que los chicos lleven zapatillas para no resbalarse en la proa y advierte que, en caso de padres muy precavidos, los barcos vienen con chalecos salvavidas para los niños y los adultos. “Igual nunca se cayó alguien del barco”, aclara.

Aunque hay pastillas para el mareo, se suele hacer oler, a quien los sufra, un algodón con alcohol. Lo ideal, dice, es que los chicos no coman demasiado ni antes de subir ni estando en el mar. “Las escaleras se bajan de espaldas, pero muchos padres cargan a sus hijos y la bajan de frente pensando que es más seguro. Todo lo contrario, si se caen lo hacen sobre sus hijos”, cuenta. Y agrega: “A veces los padres tienen más miedo que los chicos, es un paseo, no una navegación extrema”.