“Ya no es un legislador que le marca la cancha a la sociedad”, sino que se respeta la “diversidad” y la “elección de la gente” en sus propias vidas, señaló la jurista Aída Kemelmajer de Carlucci al referir el anteproyecto del Código Civil, cuya comisión de reformas integró. La especialista explicó que “entendemos que el Código Civil, fundamentalmente, se tiene que ocupar de la persona, de sus libertades y de sus relaciones de familia pero también respetando esa libertad y esa pluralidad que tiene la sociedad”.

Para la ex integrante de la Suprema Corte de Mendoza, se trata de “un cambio cultural muy importante”. “Ya no es un legislador que le marca la cancha a la sociedad diciendo: ‘ustedes se acomodan solo a lo que yo digo y éste es el único modelo’, sino que toma de la sociedad toda esa diversidad y trata de darle efectos jurídicos, respetando lo que la gente elige.” El Código Civil actual, recordó Kemelmajer, es el resultado de un texto originalmente redactado en 1871 que “ha tenido reformas muy significativas”, “pero aun así mantiene cosas de esa época y no de hoy”.

En ese tomar los cambios que han sucedido con el correr de las décadas, Kemelmajer rescató las transformaciones en la letra legal sobre el matrimonio y las parejas que deciden no formalizar. “Yo tengo libertad para casarme o no casarme, pero si constituyo una familia, hay un piso, un mínimo que es de la solidaridad familiar que tengo que respetar.” Por el otro lado, “no es inmoral no querer casarse, es una opción de vida”, por lo que aseguró que las “uniones convivenciales” pueden contar con un “punto de arranque (que) son los acuerdos, se debe acordar el mínimo de la solidaridad y la asistencia”, para que ninguno de los integrantes de la pareja constituida en esos términos quede desprotegido. En cuanto a los cambios en el trámite de divorcio, la jurista señaló que el juez no tendrá “por qué preguntarle” la razón de querer disolver el vínculo.