SOCIEDAD › LA DECLARACION DEL GASISTA ANTE LA JUSTICIA

“El impacto de gas me tiró para atrás”

 Por Lorena Panzerini

Desde Rosario

“El impacto de gas me pegó en el pecho y me tiró para atrás”, dijo para defenderse Carlos García, el gasista detenido desde el martes a la noche, sobre lo que le sucedió mientras estaba agachado frente al artefacto que debía reparar en el edificio siniestrado. Además, fuentes judiciales indicaron ayer que una de las cámaras de seguridad de la zona tomó el momento en el que el trabajador se iba del lugar en el utilitario secuestrado anteayer. Su abogado, Hugo Bufarini, aseguró que “salió a pedir ayuda” y que en su teléfono –que será peritado– tiene registradas llamadas previas a la guardia de Litoral Gas y al 911. A las 9.29, 9.31 y a las 9.32, detalló el profesional.

Bufarini dijo que las explicaciones que dio del gasista sobre su salida del lugar antes de la explosión fueron “confirmadas por tres declaraciones coincidentes” con las tomadas ayer. “Cuando el portero (Pedro Flores) bajó, vio a García que estaba con el teléfono en la mano, llamando a Litoral Gas y al 911, pero ninguna de las tres tuvo respuesta. La decisión que tomó fue agarrar su camioneta e irse a la guardia de Litoral Gas de San Lorenzo y Presidente Roca. Le dijo a su colaborador (el ayudante, también detenido): ‘Vos quedate acá que yo voy a avisar que hay una pérdida grande’. Cuando dobló por calle Balcarce se encontró con una camioneta de policía de la comisaría 3ª, se bajó y les pidió que llamen al 911 porque había una pérdida de gas y el reporte está en el Ministerio de Seguridad”, aseguró.

“Siguió dos cuadras y se encontró con una camioneta de Litoral Gas que estaba haciendo trabajos en la esquina de calle San Lorenzo, avisó el problema y volvió a Salta a buscar al empleado, cuando ya había explotado el edificio, en Oroño y Salta.” Tras salir del lugar, el hombre llegó a su casa con un preinfarto, según indicó el letrado. Por la noche fue detenido.

Además, García criticó frente al juez el estado de la instalación de gas del edificio. Habló de una “tapa floja, cañería y regulador viejos” y de “mantenimiento cero”. Consultado sobre si las instalaciones pertenecientes a la empresa estaban actualizadas, el hombre de 55 años y 23 como gasista matriculado respondió: “Era de aquella época, con mantenimiento cero, porque el regulador que iba a cambiar era viejo”. En cuanto al volumen del gas, el hombre consideró que era “normal”, pero “al ser el caño más grueso, era mucha la presión”, y aclaró que “las uniones dobles estaban colocadas a mano. Cuando yo las saqué vi que no estaban puestas con una herramienta”.

Al ser consultado sobre a qué atribuye la estampida de “gas y tierra” que se produjo cuando el gasista aflojó una unión doble superior (del regulador), éste dijo que hay dos explicaciones: “Una es que el regulador esté roto y la descarga del tubo superior venga hacia abajo; y la otra, que la válvula de entrada no corte”.

Su abogado señaló que “claramente era un regulador antiguo” e indicó que cuando se hizo el arreglo sobre la llave, por parte del anterior gasista matriculado, “no se consiguió una parte en la misma medida de diámetro, por lo que el que hizo esa obra tuvo que construirlo él y la instaló”, según explicó el plomero en su testimonial de ayer.

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