Liliana Garabedian fue encontrada muerta el 12 de diciembre de 2010. Tenía 37 años y era madre de dos hijos, de 8 y 4 años. Había llegado hacía unos años desde el conurbano a Catamarca, con su esposo y los niños. Su cuerpo apareció sin vida en un campo ubicado detrás de la Escuela Agrotécnica, en la localidad de Nueva Coneta, en las afueras de la capital provincial. Hacía cinco días que estaba desaparecida. Estaba desnuda y cubierta sólo con una remera. La encontraron a unos 300 metros del canal de riego de las colonias. El fiscal que investigó el caso en primer lugar cerró la investigación considerando que había muerto por “deshidratación”. Pero su familia sospecha que su esposo, “con vínculos con la policía”, pudo ser el culpable de su muerte, contó ayer la madre de Liliana, Leonilda “Lola” Carrizo, al cierre de la presentación del informe del Observatorio de Femicidios en la Argentina. El caso está impune. “No hay ni una persona investigada”, dijo ayer la mujer y denunció que el esposo de su hija no le deja ver a sus nietos. “Me dice que me deje de joder, que no investigue, que para ver a mis nietos no tengo que hablar con los medios”, denunció.