Agustín murió el 7 de junio, en el departamento de Flores, donde vivía con su hermana, su madre y la pareja de ella. Leandro Sarli le pegó hasta matarlo; cuando comprendió lo que había hecho, llamó al SAME y aseguró que el chico se había caído en la bañera y lastimado. Sin embargo, la autopsia estableció que Agustín tenía el hígado destrozado como consecuencia de la golpiza. Su hermana, de 8 años, había presenciado la agresión y declaró cuanto había visto en cámara Gesell: Sarli, contó, se había enfurecido porque el chico se había puesto los pantalones al revés; por eso lo golpeó, lo tomó del cuello y lo sostuvo en el aire.

Por la muerte de Agustín, además de iniciar la investigación judicial por la cual actualmente están imputados la madre de Agustín y Sarli, el Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad apartó a la docente y a la directora del jardín al que concurría el chico. El área informó que era un procedimiento previsto por la normativa, y que el apartamiento duraría lo que la investigación de si habían notado que el niño podía ser víctima de maltrato y lo habían denunciado, como establecen las reglas. Los padres de los demás alumnos del establecimiento protestaron y realizaron un abrazo simbólico al lugar, en defensa de la docente y la directiva. Poco después, los gremios docentes de la ciudad realizaron un paro en protesta por la decisión del ministerio.