SOCIEDAD › FUMIGACIóN EN EL SAMBóDROMO

Temor en Río

A poco más de una semana del inicio de los imponentes carnavales de Río de Janeiro, agentes sanitarios brasileños protegidos con trajes amarillos y máscaras de gas rociaron con insecticida los 900 metros de la avenida del Sambódromo para combatir al Aedes Aegypti. La fumigación también incluyó las gradas, que tienen capacidad para unas 70 mil personas. La propagación del zika en Brasil llevó al gobierno a declarar el estado de emergencia sanitaria. Si bien la advertencia oficial es protegerse del mosquito usando repelente, la cartera de Salud recomendó a las mujeres que “eviten embarazarse en este momento”, habida cuenta del incremento de recién nacidos con microcefalia. El alerta en la Cidade Maravilhosa se extiende hasta agosto, cuando reciba los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica.

La psicosis por el virus del zika moviliza a los cariocas en la previa de los fastos de carnaval. “La preocupación es importante porque Río es una ciudad de grandes eventos”, afirmó Marcos Vinicius Ferreira, portavoz de la Secretaría de Salud durante la fumigación del Sambódromo, donde a partir del 5 de febrero se celebrarán los suntuosos desfiles de las escolas do samba. Cabe destacar que las mismas instalaciones serán utilizadas durante los Juegos Olímpicos de Río 2016 como punto de partida y de llegada del maratón, y para las competencias de tiro con arco.

El bloco, la multitudinaria fiesta del precarnaval callejero, ya comenzó el pasado fin de semana y esa gran aglomeración de personas facilita la circulación del virus. Al respecto, el epidemiólogo Roberto Medronho, de la Universidad de Río de Janeiro afirmó que “es muy difícil controlar el mosquito en Río, donde un tercio de la población vive en las favelas con numerosos espacios de proliferación”. Por su parte, la alcaldía aprovechó el inminente carnaval y lanzó una campaña de concientización para que las personas eviten en sus casas el estancamiento de aguas, ya que favorecen los focos de Aedes. Además, el gobierno anunció que usará 200 mil efectivos del ejército en operaciones de combate al mosquito.

Asimismo, el ministro de Salud, Marcelo Castro, admitió que Brasil está “perdiendo feo” la guerra contra el mosquito y señaló que el gran aliado del ciudadano de a pie es el repelente, sobre todo para las embarazadas. Castro llegó a aconsejar expresamente que las mujeres “eviten embarazarse en este momento”. En ese sentido, Manuela Mehl, una procuradora fiscal de 37 años, contó su experiencia traumática después de enterarse de la conexión entre el zika y la microcefalia a inicios de su embarazo, el período considerado más peligroso para el feto. “Estaba de verdad muy nerviosa. Mi médico me dijo que debía protegerme del mosquito, que lo único que podía hacer era evitar que me picara. Y no salí más de mi casa”, relató mientras mostraba las decenas de frascos de repelente que se apuró a comprar, porque en los negocios ya estaban prácticamente agotados. “Nosotros queríamos este segundo hijo –confesó Mehl–; pero si hubiera sabido todo esto, habría demorado la decisión y no me estresaba tanto”, y recordó que el aborto en Brasil sólo está permitido en caso de violación, cuando está en peligro la vida de la madre o el feto es acéfalo.

Hasta el momento, las autoridades brasileñas comprobaron que 224 bebés nacieron desde el pasado mes de octubre con esta malformación debido al zika. También están en investigación otros 3381 posibles casos.

En Suiza aparecieron dos casos que también dieron positivo al virus del zika.

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