SOCIEDAD
Basura en la estratosfera
La basura no sólo se acumula en la superficie de la Tierra. Como si no alcanzara, el espacio también aporta una peligrosa cantidad de chatarra. Y algunos objetos representan una amenaza atómica. Entre 1961 y 1988, Estados Unidos y la URSS colocaron en órbita decenas de satélites militares alimentados por reactores nucleares o por pilas de plutonio. En los últimos años se detectaron más de 50 satélites agotados con carga nuclear dando vueltas al planeta, que irán cayendo al suelo o al mar en los próximos 20 años.
Todos estos satélites nucleares, en su mayor parte para observar la Tierra, fueron situados en el espacio a unos 900 kilómetros de altura sobre la superficie, aunque año a año van perdiendo altura.
Como sobrevuelan la Tierra, estos objetos pueden caer en cualquier lugar, pero hay que tener en cuenta que dos terceras partes de la superficie del planeta son agua y que la población está muy concentrada en determinadas áreas, por lo que el riesgo de que esta “basura” cause daños importantes no son muy grandes.
De todos modos, ya hubo casos trágicos. En enero de 1978 se produjo el peor de estos accidentes de caída cuando reentró en la atmósfera el satélite soviético Cosmos 954, con un generador nuclear que provocó una lluvia radioactiva de dos mil kilómetros de longitud en el norte de Canadá. En otro episodio, años más tarde, un gran objeto pasó a 300 metros de la estación MIR.
A finales de la década pasada, Naciones Unidas aprobó un plan para controlar la basura que se genera en el espacio. Sin embargo, los riesgos continúan y las caídas de elementos desde el espacio se producen a diario.