SOCIEDAD
Un caso muy particular
Por H. C.
El caso de Miguel Angel Ramírez tiene sus particularidades. Fue condenado por Canicoba Corral a perpetua, por los secuestros de Werthein, Meller, y el secuestro y posterior homicidio de Dudoc. Cavallo y Vigliani consideraron que su participación estaba materialmente probada, ya que sus denuncias por torturas no lograron ser demostradas. Pero la perpetua fue reducida 22 años, por cuestiones relacionadas al caso Dudoc. En el análisis de la primera condena aparece una dificultad sorprendente e insalvable de parte de Canicoba: midió la condena por el caso Dudoc a partir del artículo del Código Penal que utiliza la figura del secuestro extorsivo seguido de muerte. Pero el caso ocurrió en el ’79, cuando la figura del secuestro no estaba asociada al de la muerte de la víctima, por lo que la condena es menor. La particularidad más notoria tiene que ver con el hecho de que la muerte de Dudoc es sospechada, pero jamás aparecieron sus restos, por lo que no fue probada. El fallo de la Sala I señala que el criterio seguido es el que tomó la misma Cámara en el ’85 para considerar que “no se dio por probado ningún homicidio de personas que previamente fueron privadas de su libertad, sin la evidencia del respectivo cadáver”, en relación a los cuerpos de los desaparecidos. Para el caso, el Jopo vio confirmada su participación en el secuestro pero no en el homicidio. “La causa vino muy sucia –señaló una fuente judicial–. Muchas pruebas, terminaron nulas por estar sostenidas a partir de las torturas.”