SOCIEDAD › OPINION
Tan víctima como Axel
Por Carlos March*
La ausencia de políticas de Estado, sea para prevenir el delito organizado o para reprimir adecuadamente a quienes atentan contra la seguridad ciudadana violando las medidas de prevención, es el factor común que unen a Axel Blumberg y Matías Cabrera Zabala. Y esa ausencia de políticas de seguridad de las que fueron víctimas tanto Axel como Matías no se soluciona con aumentar las penas o con aplicar represión a destajo.
Las penas rígidas sin instituciones de control del delito dotadas de recursos humanos debidamente seleccionados y entrenados, logística adecuada y estrategias de acción focalizadas, no tienen efecto práctico porque los delincuentes no sólo no son arrestados, sino que muchas veces conviven o provienen de las fuerzas de seguridad. El secuestro de Axel es un trágico ejemplo de este déficit institucional.
Los castigos indiscriminados y los arrestos al voleo hablan de un sistema que en lugar de garantizar la identificación y captura de los delincuentes, convierte a cualquiera en potencial víctima de la acción discrecional de los hombres encargados de llevar seguridad a la población. El arresto de Matías es un caso paradigmático que muestra los riesgos que corre una sociedad cuando las fuerzas del orden actúan desde acciones represivas desordenadas.
La ineficacia del actual sistema que terminó con la vida de Axel y con el arresto de Matías se revierte con políticas de Estado basadas en la prevención como regla y en el castigo tras garantizar el derecho al debido proceso. Lo que muestra y demuestra el caso de Matías es que no existe este derecho en un sistema de seguridad que tiene como único eje e irracional acción primaria el método del arresto.
Sería deseable que las consecuencias nefastas de estos dos casos inspiren poder encontrar el punto de equilibrio en medio de un contexto social de reclamo extremista, de demagogia legislativa y de autoridades desorientadas.
* Director ejecutivo de la Fundación Poder Ciudadano.