SOCIEDAD › ELENA REYNAGA, DE LA ASOCIACION DE MERETRICES
“Es válido romper el silencio”
Por A. D.
Elena Reynaga es una de las fundadoras de Ammar, la Asociación de Meretrices que impulsó a fines
de la década del ’90 la abolición de los edictos
policiales y bregó por los derechos laborales de sus colegas. Ahora es presidenta de la Red Latinoamericana de Trabajadoras Sexuales desarrollada en 15 países de la región. Porpedido de dos consultoras internacionales, trabajó con ellas un mes en Nicaragua y más tarde en El Salvador. En el año 2006, las meretrices latinoamericanas tendrán su congreso anual en Argentina. En diálogo con Página/12, Reynaga analiza la propuesta de las guatemaltecas y anticipa que Las Estrellas de La Línea serán invitadas a la Argentina.
–La propuesta de las guatemaltecas es válida –explica–: todo lo que uno haga para poder organizarse y defender los derechos, lo es.
–Sin embargo, hay sectores de la opinión pública guatemalteca que criticaron la propuesta de Las Estrellas porque la consideran más mediática que legítima.
–Pero, claro. En un país tan conservador, tan religioso como Guatemala, donde la gente se levanta diciendo “Gracias a Dios”, estas cosas son criticadas. Como sucede en todo Centroamérica, es como que todo es “un castigo divino”. Tener VIH es un castigo divino, ser trabajadora sexual es un castigo divino, ser pobre es un castigo. Lo que Las Estrellas lograron hacer con el equipo es visualizar una realidad, empezar a poner en discusión algo que no se discute de otro modo. La estrategia es válida.
–Las Estrellas sostienen que los reclamos en marchas tradiciones están agotados. ¿En Buenos Aires en ocasiones sucede lo mismo?
–Me parece que es diferente. Argentina es distinto al resto de Centroámerica. Poder avanzar acá es diferente a organizarse en la región. Acá, entre comillas, existe un país democrático y si bien la Iglesia tiene peso no es como antes. Hacerlo en Centroamérica... es mucho más difícil. Que las compañeras lo hagan en Guatemala es un avance muy grande. Como lo es también en El Salvador, donde el gobierno hasta empezó a involucrarlas en sus políticas públicas. En Perú, que hoy formen parte del equipo del Ministerio de Salud es un avance importante. Cuesta en Honduras.
–¿Por qué?
–Tiene que ver con intereses económicos del trabajo sexual. Con la complicidad de los tres poderes: político, judicial y policial. Todos se deben favores y hacen la vista gorda. Hacen fuerza para que estos grupos no avancen porque hacerlo significa poner en discusión cosas que hasta ahora no se daban. Poder ser parte. El lema de la red es justamente esto: nosotras rompimos el silencio. Ahora no hablan por nosotras sino que lo hacemos nosotras mismas.
–¿Tiene que ver con la posición de asumirse como trabajadoras?
–Exacto. Yo trabajo. No quiero ese trabajo para otras, como tampoco lo quiere la señora que levanta los cartones o el basurero. La clase obrera aspiramos siempre a que nuestros hijos sean doctores, puedan ir a la facultad. Me parece que no pasa con qué trabajamos, sino con algo que no se dice: que es el tema sexual. Nadie cuestiona a la cartonera, a la empleada doméstica que vive sobreexplotada. Yo estoy enamorada de la herramienta de las de Guatemala. Como las que usaron las compañeras de Francia cuando iban a publicar los nombres de los gobernantes que consumen el trabajo sexual pero que se vuelven pacatos cuando legislan y hablan de moral y buenas costumbres.
–Las Estrellas hicieron una especie de tour por Guatemala. ¿Ammar está en condiciones de invitarlas?
–El 7 de enero viene el sindicato de trabajadoras de Italia. Yo me comprometo como presidenta de la red latinoamericana: a esas compañeras las vamos a traer. No sé si en 2005, pero en el 2006 vamos a hacer elencuentro Latinoamericano de Trabajadoras sexuales acá. Las Estrellas estarán invitadas.