SOCIEDAD
Sistemas penales paralelos
Por M. C.
Ante el vacío legal que existe sobre los countries y barrios privados, muchas de estas urbanizaciones cerradas han dictado sus propias normas para facilitar la convivencia. En algunos casos semejan virtuales sistemas penales paralelos. Como en el Martindale, uno de los más exclusivos de Pilar, donde hay una subcomisión de disciplina –que sólo pueden integrar abogados– que hace las veces de una fiscalía: toma declaración a testigos e imputados, elabora la prueba, y en el dictamen en el que pide una sanción, que finalmente es determinada por el directorio, hasta cita jurisprudencia anterior. En diálogo con Página/12, César Ceriani Cernadas, presidente de la subcomisión de disciplina y a la vez –¡qué paradoja!– director del Martindale, detalló los mecanismos legales desarrollados en el country y los problemas que enfrenta, el principal, adolescentes que son “incontrolables" y “se comportan como delincuentes" en el territorio amurallado.
El Country Martindale surgió a fines de la década del '80. Abarca unas 340 hectáreas. Hasta el momento viven unas 250 familias y quedan más de un centenar de baldíos. Allí han fijado su hogar financistas, ejecutivos y profesionales. El emprendimiento tiene dos canchas de golf y seis de polo, entre su variada infraestructura deportiva. “El reglamento se hizo en base a la experiencia del argentino medio que tiende a ser poco cumplidor de las normas", señaló Ceriani Cernadas, que además de abogado es escribano y preside, también, la Federación Argentina de Clubes de Campo y Barrios Privados. A medida que las “inconductas” de los propietarios del lugar los sorprendían, el reglamento se fue modificando. En un principio, no se sancionaban aquellos “delitos” que se cometían adentro de las casas. Después, se resolvió que sí.
–¿A qué tipo de delitos se refiere?
–Una vez dos vecinos se agarraron a patadas. Eran dos abogados. Uno le dio un botellazo en la cabeza al otro adentro de una de las casas. Los dos hicieron la denuncia policial, pero la policía nunca entró al country. Como pagamos guardia privada piensan que no tienen que intervenir.
–¿Y cómo se resolvió el caso?
–Se sancionó internamente a los dos. Se les aplicó dos años de suspensión (para usar los lugares comunes del country). Pero como ninguno de ellos tenía antecedentes, por buen comportamiento a los nueve meses se levantó la sanción.
–¿Quién determina la sanción?
–Hay una subcomisión de disciplina, integrada por el presidente, que soy yo, y tres miembros. Es obligatorio que todos sean abogados. La subcomisión elabora un dictamen como si fuéramos fiscales, con vistas y considerandos, y jurisprudencia. Se toma declaración a testigos, se elabora la prueba, y se pide una sanción. Es el directorio (que se renueva cada dos años y tiene 11 miembros) el que aplica la pena. En el ciento por ciento de los casos ha coincidido con nuestro pedido.
–¿Cuál es el principal problema de convivencia?
–Los menores sueltos entre 14 y 16 años son incontrolables.
–¿Qué hacen?
–Vandalismo. Rompen vallas, vidrios, tiran botellas adentro de las casas, se emborrachan por las noches en la cancha de golf, donde está prohibido ingresar en horario nocturno y dejan las botellas tiradas: de whisky, vodka. Es un problema que no podemos solucionar porque no los podemos identificar y probar la autoría. Se comportan como delincuentes. Cuando la guardia los enfrenta cambian de nombre, dan un documento falso. Por el momento lo único que hemos podido hacer es amenazarlos: si son identificados les aplicaremos no menos de dos años de suspensión. Otro problema con los adolescentes es que hacen sentadas en las calles como si fueran piqueteros: ahí es más fácil identificarlos. Lo peor ocurre en el mes de febrero. En enero se suelen ir de vacaciones con sus padres, pero en febrero los padres siguen de vacaciones y ellos están solos en sus casas preparando materias. Y son incontrolables.
–¿Se respetan los límites de velocidad?
–Es otro problema frecuente, pero tenemos elementos para comprobar el exceso con aparatos móviles y fijos para sacar fotos.
–¡Qué organización!
–Y aun con las fotos algunos discuten la multa. El máximo es 30 kilómetros por hora.
–¿Cuál es el monto de la multa?
–Originalmente era el equivalente a 100 l de nafta especial, es decir, 200 $. Después de la crisis del 2001, como eran muy frecuentes y no lo podían pagar, se bajó, pero en casos de gravedad, por ejemplo, si un auto va a 70 km/h, se aplica ese monto.
–¿Qué sucede cuando el infractor de velocidad es un invitado de un socio?
–En todos los casos la multa se aplica al dueño que lo invitó. Tenemos también un tribunal de amigables componedores, que se ocupan de temas menores, como cuando un vecino se queja porque el árbol de otro creció demasiado y las hojas le caen en la pileta. A veces, desde la subcomisión de disciplina también hemos actuado como mediadores en algún conflicto entre propietarios. Una vez uno estaba festejando su cumpleaños con una fiesta. La música se puede poner hasta las 4 de la mañana, pero sin instalar parlantes en el jardín. Pero un vecino se empezó a quejar a las dos de la madrugada. Se molestó tanto que le cortó la luz y el gas y le rayó el auto.
–¿El damnificado lo denunció?
–No. Como era muy buena gente hicimos de amigables componedores. El agresor le pagó todos los daños y le pidió disculpas con una carta muy conceptuosa.
–¿Está prevista en el reglamento la expulsión?
–Sí, cuando un socio tiene una sentencia firme por una causa criminal. No en el caso de un delito culposo.
–¿Y cómo determinan quién es aceptado como socio?
–Tres socios tienen que avalarlo para ingresar. Se reúnen los directores y se resuelve. Pero antes se buscan sus antecedentes, si vivió en otro country se hace una consulta, se verifica su condición en el Veraz y si figura en el Registro de Reincidencia.