SOCIEDAD
Todo sea por unos puntitos de rating
Desde que empezó la temporada de La Noche de Cecilia, la Bolocco se empeñó en reflotar un triste tercer o cuarto puesto en la escala del rating al que quedó relegado un programa. Había que justificar uno de los presupuestos más caros de la televisión chilena. Una síntesis de sus golpes de efecto siempre apoyados en su vida privada (desplegados desde su tribuna o por fuera de ella, en el ciclo Mucho Lucho, con el único fin de sumar resonancia), dirá que: le dio un piquito luego continuado en un beso más extenso al cantante y actor Miguel Bosé, habló de su separación y de las discusiones con Menem, le recriminó tenerla abandonada en pos de su actividad política, dejó caer unas lágrimas cuando le reprochó a Joaquín Sabina haberla definido como la tarada, aquí está la tarada, y a Diego Maradona por haberla invitado a La Noche del Diez para hacerle pasar un mal rato. Cecilia, decidida a exponer el último trapito y a pegar el zarpazo, este año discutió públicamente con la modelo Pampita por no aceptar hablar de su vida privada, negó haber sido la fan número uno del dictador Pinochet, desmintió rumores de romance con su paisajista, también un viaje de a dos a Miami, y dejó entrar a la prensa gráfica a la habitación de la guagüita. El batacazo la encontró muy preparada, casi guionada a juzgar por su dicción imperturbable cuando acusó a su marido de machista, pelado, empecinado en la búsqueda del poder, fiestero y ¡árabe! Ufff....