La Corte Suprema de Estados Unidos prohibió una excepción a la práctica del aborto. Las mujeres con un embarazo de entre tres y seis meses de gestación que soliciten una intervención argumentando que el embarazo pone en peligro su salud serán rechazados por la Justicia. De esta forma, el fallo reafirmó una ley que prohíbe esa práctica. Además, constituye una victoria para los conservadores estadounidenses, que vienen buscando revertir la decisión de la Corte de 1973 que establece el derecho legal de la mujer de interrumpir un embarazo no deseado en nombre del respeto de la vida privada. Esta decisión llega luego de que el presidente norteamericano incorporara al máximo tribunal dos jueces conservadores. “La decisión de hoy es alarmante. Tolera la intervención federal para prohibir en todo el país un procedimiento considerado necesario y correcto en ciertos casos”, denunció la jueza Ruth Bader Ginsburg en nombre de los cuatro jueces progresistas que votaron en contra. Por su parte, Bush se manifestó “feliz” por la decisión de la Corte de prohibir un método “horrible” y estimó que “representa el compromiso de establecer una cultura de la vida en Estados Unidos”.