El paso que ayer dio el ministro del Interior, Aníbal Fernández, es el segundo después de que la semana pasada lanzó un comité científico de intelectuales del derecho penal, la psicología, la salud y la criminología: entre otros, Horacio Cattani, Eva Giberti y la propia ex titular de la Ufidro, la unidad de apoyo a la investigación de narcotráfico, Mónica Cuñarro. Cuñarro había renunciado hacía ya más de un año a su puesto en esa oficina –creada por el mismo Fernández y el procurador Esteban Righi–. Cuando se fue dando un portazo sin jamás explicar públicamente el motivo, en su reemplazo fue nombrado Adrián Gentile. Ahora su puesto parece expirar con el lanzamiento de una política que en nada se parece a lo que ha desarrollado en su oficina.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, resulta sugestiva la reaparición de Cuñarro entre los más ponderados colaboradores del ministro. La mujer, de relaciones aceitadas con la academia y con las fuerzas de seguridad al mismo tiempo, está al frente de una fiscalía en lo criminal, la 16, y desde allí nunca dejó de ser clave en el entrecruzamiento de datos sobre la compleja trama narco de la ciudad. Ahora fue nombrada al frente del recién creado Comité Científico Asesor en materia de Represión del Narcotráfico. Dos fuentes del Ministerio del Interior pusieron en duda ayer, durante la reunión del Consejo de Seguridad, la permanencia de Gentile en la Ufidro. Parece más claro el destino de la fiscal, a quien muchos ya ven como una consolidada “zar antidrogas”.