Viernes, 27 de junio de 2014 | Hoy
MEGAFONO
Por séptimo año consecutivo, la acción Arde Closet tomará las calles de La Plata el 28 de junio, fecha en que se conmemoran 45 años de las históricas revueltas en el bar Stonewall que dieron origen a las marchas del Orgullo Lgbtiq. Lo que sigue es el documento de quienes se autoconvocan como “Amotinad*s de la kalle extravagancia, yiroteo y resistencia antirrepresiva”
¡La Plata está en shamas! A 45 años de la revuelta insurreccional de nuestras antepasadas tortilleras, bisexuales, maricas, travas, trans, intersex, transformistas, y todas esas amigas inclasificables y salvajes en Stonewall se enfrentaban contra la policía resistiendo a las razzias represivas, a la violencia sistemática de las políticas del silencio y el constante control sobre los cuerpos y los placeres disidentes: hoy nosotros acá en La Plata, reconociendo un contexto de creciente represión, y homolesbotransbifobia, tanto latinoamericano (recientemente expresado en políticas de odio tanto en Paraguay como en México) como en el escenario local, recuperamos ese espíritu de glamour, resistencia y política callejera para decir ¡Basta de represión! Durante el año hemos resistido e intervenido repudiando el surgimiento de un plan sistemático de represión, persecución y criminalización de las compañeras travestis, y trans de la ciudad de La Plata que se incrementó, amparado en procedimientos de investigación por drogas, acusaciones de exhibicionismo y por denuncias particulares. En los diversos operativos realizados por la policía se han implementado metodologías de extrema violencia, sumando la naturalizada xenofobia y racismo estructural, tanto en la zona roja –donde muchas ejercen la prostitución– como en los domicilios particulares de compañeras trans y travestis que fueran asaltadas por la misma policía, que al mismo tiempo las violentaba tanto a ellas como a sus familiares y amigas. Al momento de ser detenidas en las comisarías fueron expuestas a protocolos que violentan sus derechos humanos, sometidas a maltratos, y donde no se respeta su identidad de género autopercibida, violando las garantías legales estipuladas en la Ley de Identidad de Género. Las denuncias que justifican los procesamientos de nuestras compañeras provinieron mayoritariamente de vecinos de la zona, o de su proximidad, en rechazo a las “condiciones de inseguridad” que se propician durante la noche, alegando y culpabilizándolas en su totalidad por exhibicionismo, disturbios en la vía pública y venta de drogas. Entendemos estos hechos de violencia como parte de un contexto más amplio de vulnerabilidades a las que está expuesto el colectivo travesti y trans* –discriminación y exclusión social en las escuelas, en los hospitales, condición de desempleo, etc.–, no sólo de nuestra ciudad sino del país, donde la policía, el poder político y judicial se encargan de reprimirlas, perseguirlas y encarcelarlas, exponiéndolas a todas las formas de violencias institucionales en razón de su identidad étnica, provincial, nacional y de género. Esta situación violenta que atraviesa el colectivo trans en particular es parte de un conjunto de políticas que nos interpelan como comunidad lgbt. Son cada vez más claras las políticas locales de higienización social, de reproducción y control del espacio público en manos del aparato represivo, donde son administrados los barrios, las plazas, los bares, las esquinas, las zonas rojas, las zonas de yire por la policía, por control urbano, y por la naciente policía municipal que trabaja monitoreando con cámaras, sistemas de alarmas e iluminado a modo de blanqueamiento social. Este contexto de higienización, impulsado por los negocios inmobiliarios que llevan adelante las empresas constructoras de la ciudad resulta en una ascendente criminalización de las comunidades de trabajador*s callejer*s extranjer*s, de las personas expuestas a condiciones de pobreza (sobre todo menores de edad), y de los modos en los que agenciamos nuestros placeres y sexualidades. En medio de este panorama, seguimos resistiendo los continuados actos de lesbofobia institucionalizada, de violencia homolesbotransbifóbica silenciada en el cotidiano de nuestras experiencias de vida. Pero, muñecas, no se la crean, que sabemos bien cómo defendernos. En este séptimo Arde Closet, hacemos un llamado rebelde de magia sexual, e incendiamos todas estas opresiones, otra vez, en la calle, en las esquinas, en las puertas de quienes nos creen domad*s, silencios*s, y conformes. Paso a paso, pose a pose, defendemos nuestra alegría, y organizamos la rabia contra el fascismo de la doble moral de esta heterosexualidad compulsiva, obligatoria y aplastante. Reinas de la pasarela, invocamos en aullido colorido el ritmo de nuestra historia de desobediencia para defendernos, y no perder el placer de inventarnos la vida constantemente. ¡Aparición SIN vida del fascismo! ¡No estamos tod*s, faltan las trans presas! ¡Basta de homolesbotransbifobia! ¡Aplicación de la ley de identidad de género, salud integral YA! ¡Basta de racismo, xenofobia y de criminalizar la pobreza! ¡Muerte a la policía de los cuerpos! ¡Estado de desfile permanente por una vida bella y libre! ¡Orgullo y resistencia LGBT!
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