Viernes, 5 de diciembre de 2008 | Hoy
MARIANA BARAJ
Cuando me invitaron enseguida dije que sí, me parece que la causa es muy importante por muchos motivos. Primero porque, a esta altura, que el tema del aborto siga siendo ilegal, que no pueda haber una ley que ampare a la mujer y al derecho de poder elegir y dejar abortar, me parece que es como involutivo. Cada uno desde su lugar tiene que intentar generar, ser soporte para generar esta evolución, y que se pueda llegar a conseguir que sea legal, porque tiene que ver con los derechos humanos, básicamente, con los derechos humanos de las mujeres.
Estos son temas que vienen como de larga data, y uno está todo el tiempo en contacto con este tipo de situaciones, más allá de que no sea una quien las atraviese... Más allá de la Campaña digamos que uno, como integrante de esta sociedad, está todo el tiempo en contacto con este tema.
Veo las campañas que hay ahora relacionadas con la educación sexual y me parecen tremendas: no aportan, usan eufemismos... ¿Cómo puede ser que a esta altura de la vida se siga sin nombrar a las cosas por su nombre? No deja de sorprenderme. Por otro lado, así y todo sigue costando la concientización. Es cierto que a veces tiene que ver con la falta de educación, aunque en el caso de los varones que todavía hoy, en 2008, no quieren usar preservativo, creo que no tiene que ver necesariamente con eso, pero sí es algo real. Igualmente lo veo como algo que a esta altura tendría que estar un poco más instalado, ser algo incorporado, aunque no parece estarlo. No hay mucha conciencia, es como si persistiera la idea de que a uno no le va a pasar.
En mi caso, hubo algo que me hizo tomar mucha más conciencia, una experiencia personal que me llevó a vivir en carne propia lo que pasa en un hospital público en relación a esto. Hace dos años perdí un embarazo, tuve un aborto espontáneo mientras estaba en Jujuy. A raíz de eso, me tocó vivir de cerca una situación bastante fea, y poder ver el maltrato hacia las mujeres en estas situaciones. Estuve internada dos días en un hospital ahí. Médicos y enfermeras me preguntaban qué me había hecho. Fueron días tremendos, y viví realmente un infierno, porque el trato era terrible... me tocó estar en un lugar con chicas muy jóvenes, adolescentes diría, fue una situación bastante complicada. Y eran las mismas mujeres las que nos trataban mal. Aprendí por mí misma que en esos casos no hay ningún tipo de contención, y a chicas tan jóvenes realmente las veía como muy desamparadas ante los malos tratos del mismo personal del hospital.
Me parece buenísimo que se haga este festival, ojalá que éste sea el comienzo de algo mucho más grande.
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