“Dios bendiga a John Oliver”, proclaman medios a diestra y siniestra, amén del nuevo predicador de la tevé norteamericana. Que, lejos de basarse en doctrinas judeocristianas, usa la investigación periodística y el humor sardónico para pasar dogma. Ocurre que, para exponer cómo muchos reconocidos evangelistas de cadenas de tevé estadounidense se enriquecen a partir de hacer promesas falsas y sacar ventaja de la desesperación de la gente, el comediante británico y presentador de The Last Week Tonight no tuvo mejor idea que fundar su propia iglesia. Bautizada “Our Lady of Perpetual Exemption” (en criollo, “Nuestra Señora de la Perpetua Exención”), el nombre viene a cuento de uno de los aspectos que indignan a Oliver: que ciertos estafadores usen el escudo religioso para evitar el pago de impuestos en Estados Unidos. ¿La segunda gran causa de exasperación? Lo sencillo que es registrar una iglesia en el mentado país, como evidencia la creación de su mentado templo. “Sigan mandando billetes y recuerden que, cuanto más envíen, más bendiciones recibirán a cambio”, expresó el comediante, rematando inmediatamente con: “Es increíble que sea legal que pueda hacerles semejante promesa...”.

Lo verdaderamente curioso es que, tras crear su “iglesia”, dar jocoso sermón en su programa de HBO y pasar la dirección donde recibe donaciones, ¡comenzó a recibir dinero! Varios miles, a decir del conductor, que –sin intención de continuar su farsa de Jesús de cabotaje o, como él mismo define, “pastor, megarreverendo y CEO”– planea donar lo recaudado a la organización sin fines de lucro Médicos Sin Fronteras. “Esto se trata exclusivamente de exponer quienes se aprovechan de la fe de la gente para obtener réditos económicos”, aclaró el vengador Oliver, en franco combate contra “el gospel de la prosperidad”.