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Domingo, 4 de septiembre de 2005

La historia de Thozama

Nací en Tsolo en enero de 1981. Estuve ahí durante catorce años, hasta que volví con mi madre y mi padrastro, con quien no tengo ninguna relación.

A los 17, después de una paliza de mi padrastro, mi novio dijo que podía quedarme con él. Yo no tenía otro lugar adonde ir. Poco después tuve una gran pelea con él porque tenía muchas otras novias: doce. Siempre cambiando, cambiando. No sé por qué tenía tantas novias, no era muy atractivo, y al final estuve con él tres años. Me quedé porque pensé que podía cambiar.

Cuando lo dejé conocí al hombre con el que estoy casada ahora. Enseguida quedé embarazada. Tenía veinte años, fue el año pasado.

Cuando pedí un turno en la clínica pidieron un análisis de sangre. Yo estaba de siete meses. Me contaron acerca del AZT después de que estuvieron los resultados. Yo sabía acerca del VIH hacía tiempo. Sabía del tema, pero no pensaba que en Sudáfrica había gente con VIH. Pensaba que sólo lo tenían los extranjeros. Escuchaba hablar del tema y lo ignoraba. Cuando me dijeron que era positiva, pensé que se equivocaban.

Cuando dejé la clínica no se lo conté a nadie. A nadie, hasta ahora. Nadie lo sabe. Sólo yo y el psicólogo de la clínica y ustedes. No soy feliz. Me gustaría decírselo a alguien, pero cada vez que lo intento tengo miedo. No se lo dije ni siquiera a mi madre, pero lo estoy pensando.

Le pedí a mi esposo que se hiciera el análisis. Me dijo que no estaba listo para eso. Le dije: “Yo sí estoy preparada”. Me dijo: “Si te lo hacés, cuando vuelvas no me digas el resultado, porque no puedo dormir con alguien que tiene VIH”.

El no tiene idea de que soy VIH positiva.

Creo que tengo el virus desde antes de conocerlo, porque mi primer novio está muy delgado. Fue la primera persona en la que pensé cuando conocí el resultado. Y mi esposo se niega a usar preservativos. Esto es muy duro para mí. Me gustaría decirle que necesitamos usar preservativos pero si lo hago también debería decirle que soy positiva, y él ya me dijo que entonces dejaría de dormir conmigo. Si no se lo digo ni consigo que use preservativos, también es difícil porque sé que lo estoy infectando con el virus.

Y ésta es la razón por la que no puedo publicar una foto mía.

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