La reforma impositiva que anunció Hermes Binner disparó ayer otro contrapunto político, pero ahora en las filas de su propio partido. El gobernador defendió la decisión de cobrar Ingresos Brutos a la industria, la construcción y el campo que fueron eximidas en los '90, en los tiempos de Carlos Menem y Domingo Cavallo. "Hace 14 años que le quitaron ese impuesto y eso no ha significado ninguna mejora en la provincia", dijo. Una réplica a los empresarios que ya pusieron el grito en el cielo. Pero el intendente Miguel Lifschitz que -ayer pasó por la Casa de Gobierno- salió a marcar sus diferencias: "Yo no creo que haya que buscar medidas salvadoras que terminan siendo un obstáculo para el crecimiento económico. No soy partidario de los impuestos a la producción, prefiero los impuestos a la renta y al capital que son más justos desde el punto de vista distributivo y no impactan sobre la actividad económica como ha ocurrido con las retenciones (al agro), que también es un impuesto a la producción", sorprendió Lifschitz.

Binner y Lifschiz se cruzaron en la previa de un acto oficial, en las puertas de la Casa Gris, donde el gobernador entregó 30 patrulleros a la Policía de la provincia. El intendente tenía previsto sumarse a la comisión que estudia la coparticipación provincial de impuestos a municipios y comunas, integrada por funcionarios de ambas partes.

Un rato antes, Binner había ratificado su decisión de reimplantar ingresos brutos a actividades eximidas -como la industria, la construcción y el agro- y actualizar el impuesto inmobiliario rural. "Nadie está conforme con pagar más impuestos pero hay algunos que son irrisorios. A nivel rural, el impuesto inmobiliario, se paga a razón de 2.000 pesos la hectárea, cuando (los campos) se venden a 15.000 o 18.000 dólares la hectárea. Entonces, creo que actualizar estos impuestos es parte de una vida mejor", explicó el mandatario. Y después apuntó a los sectores industriales y productivos que no pagan ingresos brutos desde hace tres lustros: "Hace 14 años que le han quitado ese impuesto y esto no ha significado ninguna mejora en la provincia".

-Pero los empresarios dicen que reimplantar ese impuesto sería recesivo -le planteó una colega.

-A los sectores industriales no quiero decirles cuánto costaban los elementos que ellos producían hace 14 años ¿no? Pero si hacen un análisis de las cosas verán que indudablemente tienen un panorama superior al que tenían hace 14 años -respondió Binner.

-¿La reforma es para que paguen los que más tienen?

-Esa es la tendencia justa, tender a que haya una distribución progresiva de los impuestos.

-La oposición le reclama que primero recaude mejor, porque el inmobiliario tiene una tasa de cobro muy baja, del 40 o 50 por ciento.

-Vamos a tratar, lo que pasa es que siempre hay dificultades para el cobro. Pero no estamos en esa cifra (de recaudación), estamos por arriba -dijo el gobernador.

Pero después, la decisión de Binner de reimplantar ingresos brutos a los sectores eximidos, se topó con la diferencia de Lifschtiz. "En principio, yo no soy partidario de los impuestos a la producción, prefiero los impuestos a la renta y al capital que son más justos desde el punto de vista distributivo y no impactan sobre la producción como ha ocurrido con las retenciones (al agro), que también es un impuesto a la producción. Pero esto hay que analizarlo en un marco general, ver qué están haciendo otras provincias y ver cómo Santa Fe hace frente a sus obligaciones propias y contribuye con los municipios", dijo el intendente de Rosario.

-Los intendentes del sur que apoyaron al campo ahora hacen lobby para aumentar los impuestos en la provincia. ¿Usted también va a hacer el lobby? -preguntó Rosario/12.

-Nosotros queremos trabajar en un proyecto serio. Y esto es lo que vamos a discutir en la comisión que estudia la coparticipación provincial de impuestos. Un proyecto que permita mejorar el nivel de ingresos de los municipios, pero que también estimule y esté en sintonía con el desarrollo productivo de la provincia. Yo no creo que haya que buscar medidas salvadoras que terminen siendo un obstáculo para el crecimiento económico. Hay que buscar puntos de equilibrio y para eso hacer falta discusión y un análisis responsable y serio, entre todas las partes.

-¿Cuál es la situación fiscal de la municipalidad de Rosario?

-Tenemos un presupuesto equilibrado, pero muy austero, con muy pocas obras, con mucho ajuste en los servicios, tratando de acotar el gasto público a los ingresos que hoy tenemos que son, sin duda, insuficientes. Esto lo estamos sufriendo todos los municipios porque el impacto inflacionario que golpea el bolsillo del asalariado, el trabajador, el ciudadano de clase media, también golpea a las arcas del Estado que no tiene la posibilidad de recuperar ingresos en la misma proporción que aumenta los gastos -señaló Lisfchitz.