Domingo, 9 de julio de 2006 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › EL DIRECTOR JORGE AINES PRESENTO SU NUEVO LIBRO
"Hacer ActuarStanislavski contra Strasberg",
es el título del volumen del reconocido maestro
y director teatral, que estuvo en Rosario.
Por Julio Cejas
El jueves pasado en el Centro Cultural Ross, la Librería Ross y Editorial Gedisa presentaron el libro Hacer Actuar-Stanislavski contra Strasberg, del prestigioso maestro de actores y director argentino Jorge Eines. Precedido por las lúcidas reflexiones de Chiqui González, secretaria de Cultura y Educación de la Municipalidad, y del profesor y director Aldo Pricco, la movida se transformó en un verdadero espacio para la reflexión y el debate acerca de la formación actoral y la desmitificación de algunos conceptos sobre un tema que no dejará de tener vigencia.
Jorge Eines, catedrático de Interpretación, teórico de la técnica interpretativa y director de la Escuela de Interpretación que lleva su nombre, es argentino y está radicado en Madrid hace 30 años, siendo además el responsable entre otras de puestas como Woyzeck de Büchner, Los paraísos perdidos de Jorge Luis Borges, La Música de Marguerite Duras, que han tenido el reconocimiento de público y crítica de diversos países.
Además del libro que vino a presentar a Rosario, es autor de Didáctica de la dramática creativa y El actor pide, títulos editados también por Editorial Gedisa.
Rosario/12 dialogó con el autor de Hacer actuar, un libro que viene recomendado por figuras de la talla de Federico Luppi, José Sacristán, Miguel Angel Solá y Oscar Martínez, por citar algunos de los nombres que se refieren a la importancia de este material en la formación del actor.
"Tiene que ver con una toma de decisión en relación a mis cuatro libros anteriores; en éste intenté que mi reflexión operara en un sitio más preciso, mas didáctico que los anteriores, trato de satisfacer con cierta humildad las preguntas de un actor o un estudiante, o de alguien que está preocupado por el arte del actor y alrededor de estas preguntas generar reflexiones que no clausuren la practica, que terminen sistematizando una técnica que no es tarea del profesor, sino que corresponde hacerla al alumno", remnarcó Eines.
-Una vez más, el teatro a pesar de tantas innovaciones pareciera volver a sus fuentes.
-En el marco del trabajo con el actor, es muy difícil negar que cualquier intento acaba siendo un diálogo con Stanislavski y en el marco de ese diálogo uno puede tener una postura de oposición en algunos temas y en otros una de respeto y adhesión, en esto hay un reconocimiento explícito de gente como Barba o Grotowsky de que es un proceder inevitable, se puede estar a favor o en contra de Stanislavski pero no se puede estar sin Stanislavski.
El subtítulo del libro enuncia una de las principales preocupaciones de Eines a la hora de desmitificar ciertas lecturas que el famoso "método Strasberg" hace del maestro ruso. "Hay que reconocer que es difícil salirnos de una fuente primigenia como lo es el discurso stanislavskiano y si al mismo tiempo ese discurso fue metabolizado, deformado y subrayado de una forma errónea por lo que denomino la "línea americana", hay que regresar y rescatar a Stanislavski de algunos lugares donde se lo ha puesto. El revisó muchas cosas estando vivo, y fue crítico cuando se enteró de algunos trabajos que se estaban haciendo en EE.UU., lugar donde el sistema ha sido negado por completo por aquellos que se han apoderado de un supuesto paradigma y lo han cruzado con el psicoanálisis, lo que ha devenido en una perversa metodología que promete algunas cosas que en el marco de algunas clases funciona, algo que tiene que ver con el psicodrama, cómo utilizar la emoción para acceder a ciertas cosas, pero no tiene la validez de una técnica que convierta lo que es repetido en algo nuevo".
-Hay algo que siempre surge en las discusiones en los talleres y escuelas de teatro y tiene que ver con los límites entre el rol de la dirección y la formación actoral.
-Me alegra que me hagas esa pregunta porque ésta es una pedagogía muy compleja donde instrumento e instrumentista son la misma cosa, con lo cual las leyes de objetividad son muy bajas, en el caso de un músico o un bailarín, esto está bastante claro, pero en el teatro todo el mundo tiene derecho a decir este actor me gusta, este no; la posibilidad de que el que está ejecutando el instrumento tenga que estar leyendo sobre sí mismo, si está sonando o no esta sonando bien, que la persona tenga que ser la responsable de ese control; convierte esa dificultad en un permiso para que cualquier profesor diga lo que está bien o está mal, coloca a ese profesor en el lugar de espejo que devuelve lo que es correcto o incorrecto. Se trata de plantear un proceso con ese alumno, proceso es sinónimo de pedagogía, se deben crear las condiciones para que el alumno llegue a la sistematización no darle el sistema resuelto. Confundir metodología del aprendizaje con sistema de actuación es uno de los ejes en donde el libro intenta decir algo, es ilustrador de esa situación y si me lo preguntas eso es porque está latiendo, está presente esta dificultad y habrá quien reciba eso y que necesite tener un interlocutor".
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