"Brasil no quiere ser visto como un país imperialista, que apenas quiere sacar ventajas. Quiere el progreso del conjunto", dijo el canciller Amorim en declaraciones al diario O Globo y que reprodujo la agencia Ansa.

El gobierno de Brasil continuó por tercer día consecutivo reaccionando a la victoria del domingo pasado del ex obispo Fernando Lugo a la presidencia de Paraguay, dado que impulsa renegociar el precio que Brasil paga por la energía excedente de la hidroeléctrica de Itaipú.

Según dijeron fuentes del gobierno de Brasil a la agencia italiana, Lula llamó a Lugo el martes para felicitarlo por la victoria y el presidente electo de Paraguay le pidió una reunión para abordar temas bilaterales antes de tomar el poder, el 15 de agosto.

Entre esos temas se anticipa el interés de Lugo de revisar el precio de venta de la energía que no utiliza Paraguay, de lo que produce la represa binacional de Itaipú.

"Ya pasamos la época en la que se podía pensar 'somos grandes y que el resto de América del Sur se adapte a nosotros'. No podemos ser así. El presidente (Luiz) Lula da Silva sabe que no puede ser así", expresó el titular de Itamaraty.

"Tenemos que tener una visión generosa. Y cuando hablamos de generosidad no es apenas ser buenito. Generosidad es también ver el propio interés a largo plazo, ver una región pacífica", dijo.

El presidente Lula admitió en reunión de gabinete el martes por la noche flexibilizar la posición brasileña para negociar un aumento de la tarifa a precio de costo que Brasil paga a Paraguay por la energía de Itaipú.

Sin embargo, el gobierno brasileño apunta a encontrar un acuerdo sin modificar el Tratado de Itaipú de 1973, que obliga a Paraguay a vender exclusivamente a Brasil la energía excedente generada por la central.

Asunción usa el 5 por ciento de lo que le corresponde de energía de esa central.